Havanna: Despedida.

Parte 2: Mejor te bajo lo borracha.

"Costa" se leía en letras enormes a la entrada. El ruido en la calle era alto, por ende, habría ruido adentro a morir.

Pagamos la entrada y nos dieron una mesa casi al frente del escenario.

-Habrá grupo y bailarinas. -Informaba Mara tras hablar con un mesero. -Pedí ron. "Hoy se bebe, hoy de gasta".

La música resonaba en cada rincón del lugar. Corría la bebida y corría la "botana" de cortesía por el lugar. A fin de cuentas, sabíamos que nada era gratis como tal. Teníamos suficiente dinero y podíamos pagar por ello.

Realmente no teníamos suficiente dinero como tal, pero era una situación especial. Las tarjetas se pagarían después.

Ya entrados en calor, se apagó el ruido junto a las luces para dejar solo encendido el escenario. Se acomodaron los músicos y sonaba un ritmo lento y sensual, pero con mucho sabor.

Apareció una bailarina increíblemente atractiva. Morena, nativa de las islas; no muy alta y delgada con caderas grandes sin exagerar, busto pequeño y firme, montada en tacones altos, ropa de rumba y movía las caderas desenfrenada junto al chico que la acompañaba.

Adam gritaba como loco junto a Bow. Bien, bailaban ritmos latinos. Estábamos en una demostración de ritmos latinos en un bar. Lo normal, ¿No?. Terminaron su número y salieron un par de parejas mas a bailar. Bueno, al menos luce tranquilo. Siempre había llamado mi atención el como se movían con tanto ritmo y tanto sabor. Era increíble.

Pasaban las parejas a bailar hasta que se abrió la pista. Nos pidieron mover un poco la mesa donde estábamos para dejar espacio a otras personas que también deseabana bailar. Tocaría el grupo que llevaban toda la noche esperando.

La misma bailarina del principio se subió a montar un micrófono. Sus rizos caían sobre su espalda desnuda. Usaba un vestido de noche en color dorado con mucho brillo. Contrastaba con su piel morena.
Escuchaba el estruendo de la risa de Adam.

-Está embelesada viendo a la mujer. ¿No defendías ser comprometida hasta ahora? Caíste pronto Adora.

-Por ver nadie paga.

-Por tocar tal vez si -Contestó Mara.

Decidí ignorar.

Afinaron instrumentos y esuchaba la voz de la chica por encima del ruido del lugar. Realmente estaba interesada, se me hacía alguien interesante. Era bien conocido que mucha gente de estos lados eran auténticos artistas que morían en el olvido y sin despegar pese a su gran talento. Sonaba triste
Paró el alboroto de la música. Golpearon un par de veces el micrófono y comenzó una melodía alegre donde comenzó a cantar.

"Ay candela, candela, candela, me quemo..."

Bailaba y cantaba al ritmo de los timbales.

Me tenía, mi atención era completamente suya. No entendía mucho de la canción porque mi español era realmente malo, pero el ritmo eran tan llevadero, que hacía a mi cuerpo moverse solo.

Llegaron al punto de una canción que conocía porque Mara decía que era de las favoritas de su papá; "Rum & Coca-Cola". Un mambo delicioso en el que pese a que recordaba una letra, no había nadie cantando. La chica se me acercó y me sacó a bailar. Mis pasos eran torpes y estuve a punto de pisarla un par de veces. Reía por mi torpeza y me dejó en la mesa para tomar a Adam. Si se veía pequeña a mi lado, con Adam era una diferencia abismal y el maldito bailaba increíblemente bien. Terminó la canción, Adam besó su mano y le dió una reverencia.

Admito que me sentí un poco celosa. Él era el gemelo mas grande, el mas confiado, el atlético, fue capitán del equipo de fútbol, hizo la universidad siendo el becado deportivo carismático. Yo solo era la nerd que vivía a su sombra. El brillaba a donde sea que iba. Si estaba celosa, muy celosa.