Parte 3: Los placeres del Gran Habana

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Desperté y un dolor de cabeza enorme aparecía junto a la luz que se colaba por la ventana. No recordaba muy bien lo de anoche. Tenía mis pantalones puestos, no usaba camiseta. Palpé mis pantalones y ahí estaba mi identificación y mi billetera integra.  ¿Qué había pasado anoche?
Me sentía integra y nada sucia. Solo sudada. Entré a tomar un baño para relajarme y una caja de aspirina me esperaba junto a un café y algo de electrolitos orales.

Mis compañeros de aventuras no preguntaron nada sobre a donde fuí y por qué me perdí tanto tiempo. Preferí no mencionar nada y salimos a buscar algo para desayunar aunque ya pasaba del mediodía.

Desayunamos tranquilos y maravillados por la increíble comida que nos estaban ofreciendo. Sabores fuertes y mucha comida, demasiada. Al fin me sentía un poco mejor.

Mi estómago ya no dolía y no tenía una sed maldita. Obviamente bebíamos cerveza para acompañar la comida. No haríamos mucho turismo de historia.

-Vete al diablo. Haremos "otro tipo de turismo". Conoceremos mujeres, nos embriagaremos y probablemente nos acostaremos con ellas.

-No, Adam. ¿Qué no respetas a Teela?

-Estoy soltero. Hoy no soy Adam, soy ehh... Adán. Llámame Adán. Y estoy separado de Teela en este momento.

-Eres un estúpido, un completo miserable idiota -Se enojaba Mara.

Terminamos de comer, pasamos la tarde jugando en la costa con otros turistas hasta que cayó la noche y nos invitaron a una fiesta.

-Me dieron estos pases, supongo que los pedirán en la entrada -Presumía Bow.

-No confiamos en ti. Mira lo que hiciste con el hospedaje. Si Mara no pide reserva de segunda opción, estaríamos viviendo en la calle.
-Gracias por el apoyo, Adora. Te aprecio también.

Esperamos a que dieran las 9 de la noche y nos lanzamos buscando la dirección que nos dieron. Era una casa antigua al final de un callejón.

-¿Y si es uno de esos lugares donde secuestran y matan turistas? No quiero morir.

-Deja el drama, Perfuma. Esta noche nos vamos a reventar antes de hacer oficial la última noche de soltería de mi hermanita menor.

-Naciste 5 minutos antes, no exageres maldito.

Reímos y tocamos la puerta. Adam tocó de manera extraña haciendo una melodía como contraseña.

Abrieron una puerta pequeña que solo dejaba ver la mitad de la cara del hombre que preguntaba algo en español. Bow extendió los pases que le dieron.

Se los lanzaron en la cara y cerraron la puerta.

-¡Te dije, idiota! ¡Pagaste por ellos!

-No me dejen a cargo de estas cosas.

Comenzaron a discutir Adam y Bow mientras me hacía para atrás esperando recargarme en alguna pared. Topé con alguen.

Mi vida era una novela romántica en ese punto.

-Cuidado, gringa. Que me aplastas.

Esa voz y ese apodo. Era ella. Tenía que ser ella.

-Disculpa. ¿Vienes a la fiesta?

-¿Fiesta? Trabajo aquí. ¿Querían entrar?

-Nos invitó un tipo en la playa y nos dió... -Me agaché a levantar uno de los papeles que le habían dado a Bow. -Esto. Supusimos que eran pases de entrada.

Lo tomó y leyó todo en traducción.

-"Club de caballeros Gran Habana le invita a su noche de chicas. Disfrute de una noche llena de diversión, música y bebidas. Obtén un descuento en tu entrada presentando este volante." ¿Ellos vienen contigo?

Havanna: Despedida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora