Parte 4: Adam, eres un naco y un estúpido

284 46 21
                                    

Amanecí sola con el sol de pasado el mediodía dándome en la cara de frente. No estaba en la cama, estaba fuera de esta, en el jardín de la casa y desnuda. Algo había pasado. Me levanté de inmediato cubriendo mis miserias cuando cayó agua encima de mi.

-¡Hijos de perra!

La ventana estaba abierta y salté de inmediato para adentro de la casa. Tomé mis pantalones cortos y una camiseta. Entraron por mi y me arrastraron hasta la playa para tirarme al mar.

Todos gritaban y reían. Malditos bromistas de mierda. Me levanté y caminé pesado hasta la orilla. Ahí estaban todos.

-¡Eres una sucia, Adora! Creímos que no lo harías. -Mara se veía fresca -Desapareciste. ¿Te fuiste con la del bar?

-¡Maldita! Bailé primero con ella, no es justo.

Oficialmente había sido infiel. Infiel a la mujer con la que me iba a casar. Estaba en serios problemas.

-¿Que hice?

-Te acostaste con una mujer cuyo nombre quizá no sepas, en tu despedida de soltera y nos abandonaste en un prostíbulo.

Perfuma si se veía un poco molesta. Glimmer no era muy amiga suya, pero supuse que estaría de su lado. El punto es que no debía haber pasado esto.

Me llevé la mano a la cabeza y caí de rodillas. Me solté a llorar. Lo había arruinado todo.

Se acercaron a abrazarme. Supuse que era lástima.

-Calma. Lo que pasa aquí, se queda aquí, hermanita. Está muy mal lo que hiciste y lo sabes. No hay justificación alguna... Pero igual te amamos.

Adam siempre dando su hombro para llorar. Había mandado a la mierda tantos años de noviazgo y compromiso por una noche de placer con una mujer ardiente. Glimmer también era ardiente, a su modo. Y con ella nunca había podido hacer todo aquello que por fin pude hacer con... Catra. Y no por falta de propuesta. Tenía muchas, solo que Glimmer las mataba. O no tenía tiempo, o no le gustaba la idea o solamente decía que no. Era estupenda novia y la amaba, pero no coincidimos nunca en el aspecto sexual. Por una noche, tuve mas que en todos esos años.

Regresamos a la casa y descansamos toda la tarde del sábado. Último día de fiesta. Empacamos un poco solo dejando fuera lo que usaríamos esa noche y lo que estaba destinado para ir rumbo al aeropuerto y volver a casa.

Salimos ya noche. Nos recomendaron un muy buen lugar en un barrio bastante decente, nada como las noches anteriores, aunque sinceramente esperaba volver a verla. A fin de cuentas, sería una última noche y un último día en esta vida. Sería imposible toparnos de nuevo.

La suerte no me quería y yo era mala para conectar situaciones aleatorias. Como cuando descubrieron que pensaba pedirle matrimonio a Glimmer y mi sorpresa se arruinó. Aún asi, tuvieron que fingir sorpresa en la fiesta.

Ella estaba ahi, maldita sea. Aparecía en cada lado al que iba. Habiendo tantos cubanos en Cuba, y la única que me topaba en todos lados era a ella. En esta ocasión, se encontraba de nuevo tocando con un grupo. Usaba un vestido verde jade con muchos brillos, pero al ser cerca se la playa, iba descalza. Yo usaba sandalias y mis pies parecían cubiertos de arena, pero era soportable. Pese a ser ya de noche, el calor era fuerte y continuaba sudando. Ahora era distinto, me había dejado el sombrero y la camisa que usaba encima de la camiseta que no tenía mangas, estaba abierta dejando ver el interior. Todos platicaban sobre todo y el bullicio no tenía sentido para mi, ya que mi atención estaba fija en ella. En la chica local que había robado mi corazón por ese fin de semana. Si, era una diosa costeña la que tenía totalmente mi atención.

-Cierra la boca que se te cae la baba, hermanita. ¿Te gusta tanto esa chica?

-No lo sé, Adam. Anoche no debió haber pasado, y pasó. Me encantó. La sacaba de Cuba y me casaba con ella.

Havanna: Despedida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora