Parte 6: Glimmer, te mereces el cielo.

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Tuve que esperar a que regresara del viaje el viernes. La semana fue un infierno completo en espera a que regresara. No quería enfrentarla, pero si quería. Necesitaba hacerlo, debía cancelar la boda.

En mi espera, escribí una carta. Era extensa y explicaba muchas cosas. Sobre mi, sobre mi vida, lo que planeaba hacer, qué pasaba en ese momento y lo que había sentido en el viaje. Nunca puse nombre, no usé algo que pudiera ser perjudicial. Busqué la nota donde me había dejado su dirección. No estaba.

El maldito papel no estaba. La maleta no tenía nada, mi billetera tampoco, ni la ropa. Oficialmente lo había perdido. No podía resignarme. Busqué hasta donde no podría estar y no hubo frutos. Oficialmente estaba perdida. Al menos esperaba que contactara a Mara, si es que decidía hacerlo.
Glimmer llegó el viernes por la tarde. La boda estaba programada para el sábado después del mediodía.

Me citó en casa, yo estaba de momento quedándome en casa de mis papás. Se supone que no debíamos vernos hasta el sábado.

-¿Qué se supone que debemos decirnos? Ambas lo arruinamos.

-No Glimm, yo lo arruiné. Lo mío fue primero.

-Pero yo me enteré después. No el fin de semana. Lo supe después de que pasó lo que viste y siendo sinceras, yo tampoco medí las consecuencias. ¿Si te acostaste con ella?

Permanecí en silencio un rato. Caminaba de un lado a otro.

-A mi defensa estaba ebria y no sabía lo que hacía.

Sonrío. Sabía de mi mentira.

-Si lo sabías. Lo hiciste dos veces, dos días diferentes. Claro que lo sabías. ¿Solo fue pasional? Necesito saber que solo era pasional. -Únicamente dije que sí con la cabeza. -Puedo perdonar eso. ¿Tu puedes perdonarme también?

Pensé un poco. No me costaba nada. Ella lo había hecho y yo también. Estábamos a mano. Sabía que no era el inicio perfecto de un matrimonio. Pero debía dar el paso.
Tomó mi mano.

-El anillo, Adora.

Caí en cuenta. Mara me lo quito antes de irnos de viaje. Mara perdía todo. Era experta en extraviar cosas.

-¡Mara!

Me levanté rapidísimo.

-¿Cancelo la boda? -Me gritó Glimm.

-¡Como tu quieras!

-¡No voy a cancelar nada. Te veo mañana en el altar!

Corrí hasta el auto y me fuí hasta casa de Mara. No presté atención. Igual me casaría, era de suponerse.

-Calmate maldita, está en mi bolsa.
Buscó un poco y comenzó a reír con nervios. Buscó de nuevo un poco mas desesperada.

-¿Lo perdiste? Dime qué no lo perdiste.

-No, debe estar en el auto.

Buscamos en el auto. Tampoco estaba ahí.

-Tu maldita ropa sucia, carajo.
Corrimos hacia la lavandería en el sótano de la casa de Mara.

Su ropa sucia aún no era lavada, de igual manera, permanecía en la maleta. Sacó todo y lo puso en el suelo. Buscamos como locas toda la tarde el maldito anillo y no aparecía. Glimmer me mataría si se enteraba. -¿Tengo opción de comprar uno igual?

Era la única solución que veía factible. Ella lo había comprado en compensación a cuando yo le dí el suyo. No tenía idea de dónde lo había comprado y solo tenía una fotografía de cuando me lo entregó.
Recorrimos la mayoría de las joyerías y en ningún lado tenían uno similar. Estaba por perder la cabeza y echarme a llorar hasta que Mara regresó de otra joyería.

Havanna: Despedida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora