Capítulo 3

34 4 0
                                    

En eso sonó el timbre del descanso, yo recogí mis cosas y salí del aula, cuando estaba ya afuera decidí seguir a un grupo de chicas para ver a donde iban, creo que estaban hablando de algo acerca del cuarto prohibido, así que agudice mi oído para saber de qué están hablando. Y si, la curiosidad mato al gato.

-¡Ay! Vieron, hicimos que el tonto ese cayera en la trampa, ahora del cuarto prohibido no saldrá nuestro secreto y ya no estamos en peligro –dijo una rubia teñida, de 1,70 aproximadamente y de buen cuerpo.

-Y menos mal, porque se lo iba a decir a la estúpida de su hermana, que buena idea tuviste Cloe –dijo una morena, como de 1,65 de estatura, las demás se quedaron calladas.

   Me quede pensando en lo que la rubia teñida, que ahora sabía que su nombre era Cloe y la morena habían dicho, ¿será que estaban hablando del hermano de Maritza? En realidad no lo sé, además no debería estar escuchando conversaciones ajenas. Pero como no escucharla si tengo curiosidad sobre ese famoso cuarto prohibido, que habrá adentro para que prohíban la entrada, pero lo peor es que, porque la rubia teñida mando a ese cuarto al chico, o mejor dicho al hermano de Maritza o no sé, ¿de qué secreto estarían hablando?

En eso veo unas puertas grandes y encima había un cartel grande, que decía “cafetería” el grupo de chicas que estaba siguiendo desaparecieron por las grandes  puertas, a lo lejos escucho que gritan mi nombre, yo por instinto volteo a todas partes en busca de quien me llama y en eso veo a Maritza, que se acercaba a mí con paso rápido prácticamente corriendo, ya cuando estaba a mí lado, me rodeo con los brazos en forma de un abrazo el cual respondí gustosamente, entramos a la cafetería y nos dirigimos a la vitrina para poder pedir algo para comer, en eso Maritza hablo. 

-¿Cómo te fue en biología?

-Más o menos, la hora paso lenta pero divertida y a ti ¿Cómo te fue en matemáticas?

-Bien, el profesor nos dio un tema y lo entendí completamente, lo cual es muy raro –me respondió ella –Por favor quiero una ensalada, un trozo de torta de chocolate y una botella de jugo de manzana –le pidió a la señora que estaba detrás del mostrador

-Yo quiero un trozo de torta de chocolate y un refresco por favor –le dije a la misma señora que tomo el pedido de Maritza.

La señora nos entregó lo que pedimos, pagamos nuestros alimentos y nos fuimos a sentar en una mesa que estaba cerca de los ventanales, nos sentamos y empezamos a comer entre risas, ella me contaba sobre ella y yo le contaba sobre mí, cuando terminamos de comer nos tomamos una foto de mi teléfono y una de el de ella, apenas nos conocimos hoy y siento como que si nos conociéramos de años, tenemos como un tipo de conexión y muchas cosas en común.

Purple HairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora