?

35 3 0
                                    

Es algo temporal, el simple hecho de sentirte demasiado extraño por lo nuevo.

¿Qué me esperará, dios amado? Un tono de desagrado sale de su paladar, me grita y empieza a llorar. ¿Por qué la presencia se nota tan tensa, qué será ese cambio de emociones?

Las palabras nunca salieron, las palabras que deseaba de escuchar de aquel forastero quedaron solo en mis sueños, las caricias y besos fueron callados en el deseo. Oh, mi ser amado es tal como un ángel; pero en realidad es un demonio cruel y despiadado .

Las palabras que salían de aquel demonio me hicieron querer llorar, su voz tan agria me hizo sentir miserable y sin remedio solo pude asentir y rogar.

El vaso cayó al suelo, el ruido impactó, todos simplemente quedaron impresionados, el vaso que amaba estaba roto, el vaso perfecto que alguna vez protegí de sus manos fue tomado y maltratado. ¿Qué tanto daño le ha hecho a lo que tanto amo?

Pudiera decir que odio cada parte de ti, pudiera gritar y decirte cuanto deseo que estés lejos de mi, pudiera decirte que odio la manera en la que me tratas.

Te di todo de mí, cada parte, todo lo bueno que podía darte lo entregue. Hoy puedo presenciar el vacío que puede encontrarse en mi corazón por el resto de mi vida. ¿Porqué?

No tiene sentido, la vida es tan pasajera, mi final siempre será lo mismo.

Las marcas se deformarán en cicatrices permanentes, nunca quise que queden marcadas en mi cuerpo. Una marca, dos, tres, cuatro. ¿Si quiere importa? La debilidad consume mi visión, me preguntó de nueva cuenta cuando fue la ultima vez en la que fui feliz en tus brazos.

Mi cuerpo cae al piso, rendido solo pude observar borroso, todo mi cuerpo débil y sin problemas pude sentirme tan ligero después de tanto tiempo cargando con mi pesado cuerpo, el alcohol ahogaba mis sentidos, después de unos cuantos segundos pude descifrar que ese no era un efecto del alcohol, la sangre que salía se delataba por si sola, tal vez, solo era por el cuchillo que tenía en mis manos, tal vez, solo por las pastillas que había tomado, tal vez, por sus propias manos.

La sangre nunca sintió vergüenza de salir a la luz, presumió por todo el piso su encanto.

Tal vez, las manos del forastero nunca fueron suyas, si no del espejo.

Brian, You Are StupidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora