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Esa noche había bebido el veneno de tu alma.
Esa noche dormí mientras olía el olor del cigarro, era tal como un consuelo que me abrazaba al dormirme.
Ella repetirá que es mentira y que necesita a los demás, pero el vacío dolerá tanto que se ahogara sin deseos de escapar.
Ella llorará mientras fuma, mirara la ventana intentando que nadie mire su más miserable mirada.
Su elegante arrogancia ebria le hacía acurrucarse en el olor que alguna vez la destruyó y la convirtió en cenizas.
Ella besa, besa con el sabor agrio de sus lágrimas.
Ella toca, toca con la delicadeza con la que nunca fue tocada.
Ella creyó que ese era el final, en cuando sostuvo ese anillo, en cuanto beso a la persona que suponía amar.
Pero eso solo hizo más grande su vacío, su amor solo eran gotas del veneno que nunca deseo beber.
Con el último trago solo pudo desear sentirse llena.
Ella se quita su ropa mientras entra a la habitación en la que esperaba sentir algo, pero su cuerpo solo fue una sola brocha que usaba para maquillar su rostro ebrio de la profundidad en la que llegó.
Esa mujer, nunca fue ella, solo fue un veneno vacío y hueco en una botella cara que deseaba sentirse otra vez llena, como en la vez en la que fue recién comprada.
Pude saberlo, al ser la copa que sostenía su cuerpo.

Brian, You Are StupidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora