21.

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El día de las finales había llegado, el equipo de Lalisa había avanzado a las finales, este juego lo definía todo. Si el equipo era tan bueno como se decía y si Lisa podría entrar a una buena universidad.

Había un cazador de talento que se encagarba de becar a atletas con potencial y futuro. Estaba fascinado con Lalisa, seguía cada movimiento pelinegra hiciera, siempre le gustaba verla en los partidos. Siempre hablaban de cómo con su esfuerzo y dedicación la podría llegar a hacer cosas grandes, por eso mismo ahí se encontraba nuestra querida amante de los gatos recuperando aire mientras agarrada sus rodillas, sudando y jadeando a todo lo que daba por su esfuerzo.

Justo en ese momento el medio tiempo se había hecho presente dejando darles un respiro a los jugadores.

La cancha de encontraba llena, un lado para las bancas de los visitantes y otra para los locales coloreando un lado rojo y otro amarillo. Inclusive la mascota del equipo se encontraba dándolo todo junto a las porristas quiénes gritaban palabras de apoyo a los jugadores.

Era divertido que Jennie no supiera que la mismísima Myoui Mina era aquella botarga que bailaba en cada partido (Igual solo las personas cercanas de la japonesa lo sabían). Tampoco es como si Minari se quejase y eso era lo que más le sorprendía, pero era porque pagaban lo suficiente para poder comprarse los suficientes videojuegos que quisiera, el director estaba despertado por tener a alguien por hacer aquel trabajo que nadie más se atrevía.

—¡GO PINGÜI! ¡GO PINGÜI!—Gritaban todos alumnos al ver aquella mascota pingüino dar sus mejores pasos de baile.

Y esa era la segunda cosa que sorprendía a Jennie. Que la rubia bailara e hiciera acrobacias como si nada aún cuando había dicho varias veces que odiaba el esfuerzo físico también como había hecho notar su pánico hacía las multitudes.

Pero después de todo estar debajo de un traje sin que nadie sepa quién eres te haría la persona más valiente a quién sea.

—Siento que nos casaremos. —Soltó suspirando Chaeyoung con una sonrisa mientras veía a la mascota bailar.

—La conoces de hace unas semanas. —Le dijo Nayeon.

—¿Y qué tiene? —Le respondió con una mueca fingida de fastidio para luego sentarse.

—Pobre Lili, se ve tan cansada. —Dijo tristemente Jennie mientras reposaba su pequeña cara en sus manos y rodilla. - Pero eso no quita que se vea demasiado bien.

—¿Qué esperas? —Le dijo Jisoo, la cuál se encontraba agarrando la mano de su mejor amiga.

Sí, definitivamente debía indagar luego sobre ellas dos. Se le había olvidado tocar aquel tema con Rosé días antes, no sabía cómo hacerlo sin que sonara como un reclamo. Aún así la curiosidad la mataba.

Necesitaba responder sus dudas, lo ansiaba.

Necesito chisme

Parecía que ocultaban algo y Jennie iba a averiguarlo. Pero justo ahora no era momento de pensar en veinte formas de sermonear a su amiga por haberle mentido, sino que debía concentrarse a qué se refería Jisoo.

—¿A qué te refieres?

-Ve a animarla. -Le respondió Rosé mientras le daba un leve empujón con el codo.

—¿Cómo exactamente?

—Ve allá y anímala, usa su tiempo libre.

—¿Cómo? —No lo entendía y cada vez su cara de confusión aumentaba.

—Que le des unos becerros y se den agarrones como morritos de secundaria a la salida dice. —Dijo Chaeyoung cansada de que la castaña no entendiera.

¡por favor haré lo que sea! ─ au jenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora