𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏𝟎

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E̸̜̊n̸̖̈́ S̷̍h̴i̷n̸̠ǵ̴̻e̷k̵̪i̶̡͘ N̵̪o̶̤ K̸̙y̶̮o̴j̷̙̃ȋ̵n̵̂
̵͑A̸͝u̸t̷͆o̷̧r̸̛̥.̸̆

"¿Me odias?". Tn observó al joven con ojos fríos e indiferentes, analizando su rostro y observando cada uno de sus gestos.

El joven le retuvo la mirada, confundido y con cierta amargura en su interior. Pensó unos segundos, primero observó el ataúd a su lado, luego a su hermano quien se sostenía fuertemente su saco, para después regresar la mirada hacia la joven con una expresión neutra.

"No". Dijo con firmeza. "Aunque no salvo a mi madre, cumplieron con el trato e incluso hicieron mas que eso, se encargaron de que esa mujer y sus cómplices pagaran por sus actos". Hizo una pausa. "Salvaron a mi hermano, y a mi mismo de un veneno que nos destrozaría lentamente". Frunció el ceño mientras empuñaba sus manos con fuerza. "Aunque me hubiese gustado que mi madre viviera, se perfectamente que el estado en el que estaba no era el más óptimo para sobrevivir". Miró a cada uno de ellos. "Así que no lo hago". Inclinó un poco la cabeza en agradecimiento. "Y me encargaré de pagar su bondad hasta mi último aliento, incluso mi descendencia conservará esa deuda".

"Palabras muy fuertes, para alguien tan joven". Tn se acercó a este, quedando al costado del adolescente, que pronto cumpliría sus 18 años, posó su mano sobre el hombro contrario sin cambiar su rostro indiferente, y dijo. "Eso me agrada".

El joven sintió como si estuviera en presencia de alguien muy peligroso, fue así desde que la vio por primera vez, desde que los vio por primera vez. Aquel grupo no era nada simple, y lo sabía, pero también sabía que eran de fiar, que estarían dispuestos a ayudarlos hasta cierto punto en caso de ser necesario, siempre que no cruzara la línea tan delgada que estos habían trazado.

No preguntar lo que no le incumbe, no meter su nariz donde no le llaman, pero sobre todo, JAMÁS TRAICIONARLOS, o no sabrán ni cómo murieron.

Eran realmente, un arma de doble filo.

"Puede estar tranquila, cumpliré mi palabra". Tn susurro, se inclinó levemente ante la difunta mujer como indicio de respeto, sacó una rosa blanca de entre su capa, y la posó sobre el pecho de aquella persona. "Descanse en paz".

Después de estas acciones, inclinó levemente la cabeza ante el nuevo duque de Strey, le sonrió al pequeño que sujetaba las ropas de su hermano mayor, y salió del lugar junto a los demás.

"¿Quien en este mundo, son realmente esas personas?". Dijo el joven duque, observando atentamente el lugar por donde se fueron, y viendo discretamente la rosa blanca sobre el cuerpo de su difunta madre, una que claramente no se encontraba en ningún lado dentro de los muros. Entonces los recuerdos de como lograron salvarlos de un veneno que hasta donde sabía no tenía cura, vinieron a su mente, también el cómo destruyeron la lamentable conspiración del tercer hijo de un conde cercano a la familia, quien mandó a su amante para fingir haber tenido una aventura con el anterior duque, matar a la línea sanguínea existente junto a la actual duquesa, y luego casarse con él cuando aya obtenido el título de duquesa.

Realmente no debo provocar a estas personas, ademas. Observó a su hermano. Parece que no tienen intenciones maliciosas contra nosotros, pero tampoco son del todo buenas.

Por otro lado, fuera de la mansión del duque.

"¿Por que hiciste eso?". Pregunto un Demian muy intrigado.

"¿Hacer que cosa?". No le dedico ni una mirada mientras observaba al frente con ojos fríos y calculadores.

"Vamos Tn". Trato de llamar su atención. "¿Por que prometiste cuidarlos?, sabes que serán un prob". No pudo terminar, cuando sintió el golpe seco del codo de Tn contra su estómago.

"¿Desde cuando tengo que darles explicaciones?". Lo observó con los ojos entrecerrados, pero el contrario en ves de asustarse, solo sonrió y le contagió el acto a su líder. "Tengo un plan idiota". Rio por lo bajo mientras seguía con su camino.

...

"Señor". La sirvienta toco la puerta de la oficina del joven duque, y entró tras recibir un, pase, por parte del adolescente.

"¿Que sucede?". Dijo sin apartar la vista de los papeles.

"Bueno". Hizo un leve silencio, causando que el joven alzara la vista, para luego fruncir el ceño en disgusto tras encontrarse con una joven de apariencia muy seductora frente a él, y digo seductora, por que se había maquillado, peinado, e incluso arreglado de una manera impropia de la servidumbre. "Hay unas personas que desean hablar con el amo". Comenzó a tomar sus manos con nerviosismo, sin entender que la mirada intensa del joven duque era más de disgusto que de deseo.

"¿Quienes?".

"Los condes Mot y Gale". Sonrió seductora mente. "Vienen a presentar sus respetos y entregar regalos".

"Ya dije que no vería a nadie". La miró sin expresión. "Pídeles que se retiren, y no me molesten a menos que sea algo importante o que se trate del grupo Ajin". Tn había nombrado a su grupo de esa manera, como un recordatorio de que no debe confiar en los humanos.

"¿E-el g-ru-grupo Ajin?". Pregunto nerviosa, con el rostro pálido y mirada asustada. Acto que alarmó al joven duque.

"¿Que hicieron?". Este se levantó y la fulminó con la mirada. Causando que la contraria se arrodillara mientras decía.

"Fue un error mi señor, no sabía que esas personas eran tan importantes, yo". No la dejó terminar.

"Dije". Frunció el ceño. "¡¿Que fue lo que hicieron?!". Azoto el escritorio con la mano, causando que la sirvienta diera un pequeño brinquito del susto.

"Y-yo, n-nosotros". Apretó los puños y tragó saliva antes de decir. "Los echamos fuera hace una hora". Levantó la mirada con lágrimas en los ojos. "Venían con ropa desgastada y rota. Creí que solo eran unos pobres que venían a mendigar empleo". Dijo sin darse cuenta de sus palabras, y cuando lo hizo ya era tarde.

El duque ya la miraba con enojo e intensiones asesinas.

"¡Mayordomo!". Grito enojado, a los segundos entro un hombre de mediana edad, con semblante elegante y aspecto sofisticado.

"¿Me llamó señor?". Dijo el mayordomo.

"Arrastra a esta mujer fuera de mi vista, y despide a todo aquel que oso bloquear el paso del grupo Ajin". Escupió con los ojos enrojecidos.

Este sabía que el mayordomo no era inocente, pues él no estuvo en toda la mañana, sabía perfectamente acerca de ellos, e incluso acababa de llegar hace tan solo unos veinte minutos, por diligencias fuera de la mansión.

"Como ordene". Dijo mientras se llevaba a la joven sirvienta que lloraba desconsoladamente. Pero antes de salir por completo, se volvió a escuchar la voz de su amo.

"Y otra cosa". Miró con odio a la mujer. "Despida a todas las sirvientas que no cumplan con el código de vestimenta y contrate nuevo personal, de ser necesario contrate solo hombres". Informó molesto.

No planeaba permitir que algo así volviera a ocurrir, tampoco quería problemas innecesarios como el de lidiar con absurdas conspiraciones para meterse en su cama. No era momento ni para pensar en una relación, aunque ya se sentía atraído por una en particular.

Tendré que ir a buscarlos, solo espero que no hayan mal entendido y pensado que no cumpliría con el trato. Se froto el puente de la nariz. O estaremos acabados.

Mientras tanto, en otra parte.

"Parece que por fin se a dado cuenta". Susurro Tn mientras se encontraba sentada en una silla de la cabaña mientras se cruzaba de brazos y piernas con los ojos cerrados.

"¿Espiando al joven duque?". Hydel sonrió con picardía. Sin esperarse que Tn lo mandara a volar tras patear la silla frente esta.

"Eso dolió". Se quejo mientras se quitaba la silla de enfrente, pues la pateo con tal fuerza que fue a estamparse contra la pared.

"Y dicen ser los mayores". Tn abrió los ojos con indiferencia, observó a los presentes y dijo. "Arreglen todo. Partiremos ahora". Ordenó. "Y ustedes". Observó a Farlan e Isabel. "No hablen a menos que se los pida". Estos asintieron.

Arreglaron sus pequeñas bolsas con uno que otra prenda de vestir recién comprada, echaron una última mirada a la cabaña, y se fueron hacia su destino.

En Shingeki No Kyojin (Levi x Lectora).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora