Capitulo 2

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Luego de todo el lío, los 3 se sentaron en el pasto del patio y compartieron golosinas que el rubio había comprado.

-- Che, al final nunca nos dijiste quien es Takashi.-- Recordó Matsuno.

-- Me había olvidado, dinos Hakkai.-- Pidió el peliazul mientras masticaba caramelos.

-- Muy bien.-- Soltó con fastidio--. Pues Takashi Mitsuya es un amigo, empecé ayer a hablar con él y me cayó muy bien, nada más.-- Contó poco y nada.

-- Demasiado bien como para terminar de hablar a las 5 de la mañana.-- Sospechó el rubio.

-- No insinues nada, solo es alguien que conozco desde ayer, y le tomé cariño.-- Explicó el alto mientras se metía gomitas de osos a la boca.

-- Si tú lo dices, aunque si tu hermano ve que lo tienes agendado con un corazón, podría malpensar las cosas.-- Declaró el Kawata con picardía.

-- S-se lo cambiaré...-- El rostro de Hakkai se sonrojó de golpe.

Los menores seguían sospechando, era extraño el comportamiento del mayor, puesto que ellos nunca se habían ocultado algo.

-- Ya me voy a casa, nos vemos mañana.-- Se despidió el alto, yéndose casi corriendo en dirección a su casa, los menores se le quedaron viendo como bicho raro.

-- ¿Creés qué a Hakkai le gusta ese tipo?-- Preguntó el peliazul, ya no podía disfrutar de su chupetín.

-- ¿Aún tienes dudas?-- Mencionó el contrario.

-- No, pero... Taiju se enojará mucho si se entera.-- Agregó con preocupación.

-- No me meteré, de vez en cuando hay que dejar que le rompan el orto.-- El rubio se encogió de hombros.

Hakkai estaba emocionado, habían pasado varios días y la amistad con Mitsuya había crecido considerablemente, al punto de que este mismo le pidiera una videollamada por WhatsApp, a lo que Hakkai aceptó de inmediato, sin pensar en las consecuencias.

Estaba probándose miles de conjuntos diferentes, queriendo dar la mejor impresión, pero sin dar señales de desesperación, cosa que era casi imposible, puesto que los nervios se le veían desde Italia.

-- Hakkai, ¿Cómo es posible que tengas más ropa que yo? No es justo.-- Su hermana soltó un bufido, tomando una de las tantas camisas del menor.

-- Eso te pasa por no salir a comprar conmigo, Angry siempre me acompaña, también quiere empezar a vestirse acorde a nuestra edad.-- Comentó mientras seguía sacando prendas.

-- ¿Acordé a su edad? Apenas si tiene 18, no se hagan los maduros que ambos son los bebitos de las familias.-- La mayor carcajeó al recordar la vez que los llamaron así.

-- No digas eso, ya te pareces a Chifuyu...-- Pidió molesto, aunque le daba la razón.

-- No me compares con ese estúpido, no soy tan insoportable.-- Refutó ofendida.

El menor no le respondió, seguía inmerso en la tarea de buscar la ropa perfecta.

-- ¿No quieres ayuda?-- Preguntó levantando la ceja derecha.

-- E-es que... No sé que ponerme y ya casi es hora.-- Miró la pantalla de su celular, faltaban 5 minutos para que Mitsuya lo llame.

-- Hakkai, escucha, eres bonito sin importar que te pongas, y si este chico realmente quiere ser amigo tuyo, te aceptará con todo y defectos ¿Ok? Ten más confianza en ti mismo, además, me dijiste que le gusta la moda ¿Verdad? Muéstrale el buen estilo que posees.-- Le acomodó el cabello, dándole palmaditas en la espalda.

Amor No CatólicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora