CINCO DIAS EN MI CUERDA FLOJA

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EL DIA QUE POR FIN CAI DE LA CUERDA.

No aguante más y lo hice, supongo que por lo menos una vez en mi vida fui valiente.

¿Eso fue valiente? O ¿Solo fui demasiado cobarde como para no seguir?

Antes de hacer todo pensé en mamá.

Cuando le hacía regalos por el día de las madres.

Cuando cumplía años.

Cuando yo me ponía muy meloso

Cuando tuve mi primer novio a los 13 y no lo quise y mamá me regaño por dejarlo botado como si de basura se tratara.

Recuerdo que me grito que nunca más le pidiera ayuda, llore como nunca, después de eso le pedí disculpas por hacerla llorar, por hacerla sufrir y por gritarle que no necesitaba de ella.

Recuerdo cuando iba en 4 de primaria, tenía 9 o 10 años y mamá siempre llegaba tarde por mi.

Recuerdo cuando no teníamos dinero y había días en los que no teníamos luz, comida, agua para tomar, agua para bañarnos, no había dinero.

Recuerdo cuando teníamos que esperar a que alguno de nuestros parientes nos invitará a una fiesta para comer bien y que nos dieran comida para llevar.

Recuerdo cuando mamá me pego por toda la calle camino a casa por mentir sobre no saber que había pasado con la mitad de mi ceja, ¿La realidad? En la escuela me la quitaron a la fuerza, después de suplicar y llorar pararon.

Recuerdo cuando mamá y papá se separan por lapsos de tiempo.

Recuerdo a papá golpeando paredes, arruinando las pocas cosas que teníamos en casa, hechando a perder nuestros muebles, espejos, televisión.

Recuerdo cuando supe mi verdad, cuando supe que yo no era hija de papá, si no de un señor que dejó embarazada a mamá y mamá nunca lo dejo verme hasta que tenía 8 años.

Recuerdo cuando inicio mi adolescencia, y llegaron mis primeros momentos de depresión, mis primeros momentos de querer morir, donde empezaba a entender todo.

Recuerdo cuando las hermanas de mamá nos insultaron y nos sacaron a patadas de lo que nosotros considerábamos nuestra casa.

Recuerdo cuando en año nuevo fue mi segundo intento de morir, no lo hice, no quería arruinar la noche.

Recuerdo cuando no supe elegir mis amistades y me drogue, cuando permiti que por diversión me tocaran, me usaran, cuando permiti muchas cosas y después de todo me aleje de ellos.

Recuerdo cuando supe elegir bien mis amistades despues de todo.

Recuerdo cuando mi primo me recorrió todo el cuerpo con sus sucias manos.

Recuerdo todas las pesadillas que tuve gracias a todas las personas que me tocaron: Mi primer novio, mi mejor amigo, mi mejor amiga, mi primo, señores en el transporte público, mis amigos, y la persona con la que yo estaba tan ilusionada por aprender y llevar mi sueño, mi maestro de música: Héctor

Recuerdo los momentos felices como familia.

Recuerdo los momentos con mis dos únicas amigas.

Recuerdo cuando me distancie de todo y todos, cuando me encerré en una cueva y no deje a nadie entrar.

Recuerdo cuando conocí a Lou, cuando yo no sabía que hacer, cuando llegó el y se convirtió en algo que me rescataba, donde podían pasar horas y eso solo me ayudaba a olvidar toda la mierda.

Recuerdo cuando mi vida se volvió un ciclo de estar bien, estar mal, estar bien estar mal.

Recuerdo cuando me empezó a dar asco cualquier cosa que me involucrara.

Recuerdo a papá cuando cocino para mí, cuando me llevaba a la escuela en bicicleta, cuando me enseñó a estar en patines, cuando me despertaba para ir a la escuela, cuando me hacía dormir temprano, recuerdo cuando me golpeó tan fuerte que su cinturón quedó marcado en mi espalda y me dolió el cuerpo, recuerdo a mamá poner pomada.

Recordé toda la mierda que me pasó, absolutamente toda, llore demasiado, no la diré por qué no, pero lo recuerdo todo, y me es tan difícil olvidar.

Recuerdo cuando le dije a mi bonito Lou vernos mañana para celebrar nuestro aniversario como novios.

Recuerdo tomar valentía.

La tercera vez es la vencida.

Recuerdo resbalar de la cuerda y caer.

Cuando deje de pisar este mundo no supe nada más, los últimos segundos que tuve fueron los hermosos ojos azules como el agua, que los veías y te ahogaban como si estuvieras en el océano más profundo, pero a la vez te hacían sentir libre como el cielo.

Yo no podía decir que deje de estar vivo, por qué desde hace tiempo mi alma no tenía vida.