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(Nota: mega-favor: cuando terminen el capítulo ojalá pudiesen leer la nota final c: gracias)

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Respondí "pase", sin embargo nadie lo hizo; seguro era Elliot quien después de tocar reflexionó y supo que no podría decirme nada más.

•••

Me quedé dormida y tuve un sueño, aunque no estaba segura de si clasificarlo como pesadilla.

Me encontraba en el salón de los violines, la puerta estaba abierta y además de la luz del candelabro todo se veía muy obscuro.

Una luz apareció de la nada sobre un violín, un brazo salió de la penumbra y tomó el violín, lo arrastró consigo hacia las sombras y comenzó a sonar una melodía... Era la misma melodía que escuché la primera vez que llegué aquí... No la recordaba desde hace un par de años, pero ese ritmo, esa sensación en la piel, la suavidad, eran inigualables...

Ahora que lo recuerdo, nunca supe quién tocaba aquel día; creí que había sido Elliot pero él solo estaba sentado, frente al piano, la música seguía escuchándose aún cuando lo acompañé a recepción con Mona y era tarde para las clases, los alumnos de todas las áreas salen a las 13:30.

La música dejó de sonar.

Hubo un gran silencio y un par de minutos después alguien lo rompió.

-Te gusta esta pieza ¿cierto?-La voz era grave pero suave, armoniosa, miré al rededor para encontrar al portador pero no había nadie y la luz que había aparecido para iluminar el violín se había ido, era solo yo en una grande y sombría sala de instrumentos.

Sentía que sudaba frío, había un silencio sepulcral que no me atrevía a romper.

De pronto una mano helada se posó en mi hombro, sentí una respiración fría en la nuca y esa misma voz se acercó a mi oído susurrando: "Deberías despertar... Amber..."

Desperté de un brinco sudando a chorros con el corazón latiendo estrepitosamente.

Estaba haciendo frío y mis ojos estaban llorosos, me incorporé y examiné la habitación sin estar segura de qué estaba buscando, pero no había nada relevante.

Conté hasta tres y me armé de valor para ir con Elliot.

Caminé por el pasillo con las piernas flanqueando, llegué hasta su puerta y la abrí, la cual emitió un crujido que me erizó los vellos de la nuca y los brazos. Entré en su habitación cuidadosamente, tratando de no hacer ruido y me acerqué a su cama.

-Elliot... Ellie- susurré con la voz temblorosa y a penas audible mientras lo sacudía un poco de los hombros.

Él pestañeó y murmuró entre dientes -¿Amb? ¿Qué pasa?.

-Eso no importa ahora, estoy asustada. ¿Puedo quedarme en tu sillón esta noche?- le dije tan rápido que a penas me entendí.

Él dio un suspiro- Amber, tienes que decirme qué rayos sucede- hizo una pausa y continuó-... No te quedarás en mi sillón, yo si.- se levantó, tomó una manta del clóset y una almohada y se fue a acomodar en el sillón de su mini salita.

-Ellie... - le dije mientras me metía en la cama- gracias.

-No hay de que, Amb...- dijo mientras bostezaba y se quedaba dormido.

Nunca dejaré de estar en deuda con esta familia; es decir, qué personas son tan buenas como para recibirte en su casa, aun cuando te están buscando por todo un país; querer convertirte en una exitosa pianista, apoyándote aun más que tus padres de los cuales no sabes nada desde hace 3 años y 3 meses; y qué chico es tan dulce y tierno contigo, cuando tu eres tan fría y la mayoría de las veces cortante con él.

Los nombres de este tipo de personas, o más bien ángeles son: Monique, Albert y Elliot Evans.

Es una pena que no pueda quererlos como si fueran mi familia.

•••

Desperté como de esas veces que no sientes que hayas tenido un sueño profundo, como si hubieses estado dormido pero alerta toda la noche.

A pesar de lo cómoda que es la cama de Elliot se puede decir que no dormí bien.

-Buen día, Aurora- volteé hacia dónde provenía la voz y era mi chico favorito de rizos dorados.

-Hola, Ellie, madrugaste- le respondí divertida.

-¿Bromeas? Son las 12:00.

-No es verdad- respondí atónita mientas veía el reloj en el buró; si, eran las 12.- si es verdad,- me corregí- ¡Dios, Elliot! ¿Por qué no me despertaste?.

-Porque es domingo, hoy no saldremos y parece que tuviste una noche muy dura, ¿vas a querer hablar de eso?- respondió con toda la tranquilidad del mundo mientras me levantaba.

-Tal vez más tarde, Ellie, pero gracias.

-Amb, -dijo en cuanto terminé de hablar- mis padres y yo tenemos que charlar contigo.

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¡Buenas noches!

Primero que nada: he notado que los primeros 2 capítulos son algo cortos así que los junté en 1, pero sigue siendo lo mismo, no se me espanten. (Eso era lo más importante que debía decirles).

Segundo: Ya casi llegamos a los 300! Eso es hermoso :') estoy de verdad agradecida, sobre todo con los que le han dado una oportunidad a esta historia y la han seguido desde el principio.

Quiero agradecer también, principalmente, a los chicos/as de "Delirio por los libros" por hacer reseñas tan asombrosas de esta historia y lo más importante: ser los primeros en apoyarme, les estoy infinitamente agradecida.

Personalmente les recomiendo que se den una vuelta por su blog, es asombroso: http://delirioporloslibros.blogspot.mx/?m=1

Y pues ya, gracias por leer. :)

Atte: Ella Rivers (Lizbeth Ríos)

Eco (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora