¿Por qué siempre la vida es tan injusta en muchos sentidos? ¿Por qué las lágrimas siguen saliendo a pesar de que el dolor haya desaparecido? Quizá no sea físico sino emocional. ¿Cómo distinguir una cosa de la otra? Tal vez solo estaba mal y necesitaba un descanso, pero eso me seguía atormentando.
La luz del atardecer golpeaba su rostro, mientras recargaba su cabeza ligeramente en el cristal del autobús, escuchando la misma canción una y otra vez. La vida no podía cambiarse, eso era verdad, y los recuerdos no podían modificarse, siempre teniendo miedo sobre que aquello fuera la realidad y no un simple sueño, era todo verdad. ¿Por qué no lo creía?
—"Wonwoo, once años, contusión grave en la cabeza con pérdida de la memoria."
Recordaba aquellas palabras que tanto rondaban en su cabeza, y es que esa era la prueba, de que todo esto, era su realidad. No debía de estar triste, pero aun así, lo estaba.
Se levantó de aquel asiento, estaba seguro que había perdido la parada de su nuevo hogar sin darse cuenta, esperó a la próxima parada. Cuando la puerta se abrió, observó parte de aquella realidad que quería borrar. Y fue por error que por una coincidencia.
—¿Se supone que esto es una reconciliación o nos equivocamos de autobús? –Seungcheol veía con atención a ambos participantes, Mingyu que miraba al suelo y a Wonwoo que no dejaba de mirar a Mingyu.
—A veces eres odioso, y aun así sigo siendo tu hermano menor. ¿Vienes o esperas un milagro? –dijo Vernon avanzando a la puerta del Autobús, Seungcheol lo siguió empujando levemente a Mingyu para que reaccionara.
—Tengo que irme. –aseguró el mayor una vez que el autobús se fue.– Se supone que me pase de calles.
—¿Quieres que te acompañe? –dijo Mingyu viendo como Wonwoo se iba sin él.
—¿Te puedo decir algo? –Wonwoo volteó con Mingyu.– Lo pensé mucho tiempo, pensé en todo lo que sucedió, y aún puedo decir que sigo amando al Mingyu que conocí por segunda vez. –Wonwoo hizo una sonrisa forzada, estaba cansado de mucho peso sobre sus hombros.– Peleé con Jihoon, sabía porqué lo estaba haciendo, pero al final me di cuenta, que no puedo perdonarte a ti, a Seungcheol, ni a Jihoon.
—Tienes razón, no eres el único que también ha pensado en esa situación. Creo que uno siempre obtiene lo que merece.
—Mingyu... gracias por enseñarme cual es mi realidad.
Wonwoo siguió su camino, no sin antes recordar algo. Volviendo la mirada a Mingyu quien estaba dispuesto a esperar el siguiente autobús.
—Tus amigos se acaban de ir en el autobús que no vuelve a pasar hasta dentro de dos horas, mejor ve pidiendo un taxi.
—¿Qué dijiste? –Mingyu se alarmó al escuchar las palabras del mayor y viendo como este se alejaba sacando el dedo medio como insulto.– ¡Jeon!
