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Unas noches más tarde, Hermione estaba estirada en el sofá de su sala común. Draco estaba terminando su ronda y ella estaba leyendo, habiendo terminado temprano. Había tenido suerte en la rotación y le había tocado la ruta corta. Que era como Draco había terminado temprano cuando vino a buscarla la otra noche.

Volvió a reflexionar sobre la situación de Snape. Casi había decidido ir a por él. Probablemente no iría a ninguna parte, pero realmente, ¿a quién le importaba? Ella había disfrutado cuando se lo había tirado en el armario, así que obviamente él sabía lo que hacía en ese sentido.

Quién sabía, tal vez lo ampliarían de una noche a más. Aunque ella dudaba que fuera tan serio. Él no parecía de ese tipo. Aparte de lo que ella sabía de su pasado por Harry, sólo había tenido una persona por la que se había preocupado de verdad y ni siquiera había sido correspondido.

Puede que la madre de Harry haya mantenido el afecto de Snape durante muchos años, pero nunca le había correspondido. Eso no había impedido que él la amara y probablemente aún lo hacía. Teniendo eso en cuenta, Hermione dudaba que alguna vez le importara realmente otra persona. Por muy triste que fuera.

Si alguna vez superaba su amor por la mujer, estaba destinado a estar amargado por ello y probablemente no podría volver a preocuparse por nadie más tanto como lo hacía por Lily. Lo cual, de nuevo, era simplemente triste. Todo el mundo merecía amar y ser amado a cambio, incluso Snape.

Hermione se movió ligeramente en el sofá. Sabía que si lo hacía con Snape sólo sería sexo y le parecía bien. Ella tenía necesidades y él también. Sería mutuamente satisfactorio en ese sentido, y Hermione ya había dicho que ya no buscaba esa conexión emocional en este momento. Dudaba que él la buscara tampoco.

De nuevo se encontraría en una relación que podría ser etiquetada como de "amiguitos de peluche", como lo llamaba Draco, pero eso estaba bien para ella. Todavía era lo suficientemente joven como para no necesitar más que eso. Podía pasar una noche o incluso un mes tirándose a Snape y no interrumpiría su vida demasiado.

Sólo tenía que asegurarse de mantener sus emociones bajo control en lo que a él se refería. No es que pensara que eso fuera a ser un problema, pero ya había visto que él era más de lo que mostraba a todos.

Ella nunca habría imaginado que él tuviera sentido del humor, pero había visto que lo tenía. Era más sarcástico que otra cosa, pero lo tenía. También era dulce, y sólo eso había sido impactante.

No había tenido que enseñarle lo que hacía Ron, pero lo hizo. No tenía que patrullar con ella, pero lo hacía en ocasiones, hablándole de una manera que ella nunca pensó que lo haría con nadie. Incluso le dedicaba pequeñas sonrisas de vez en cuando, por sorprendente que fuera. Ella ya sabía que era inteligente, pero se había enterado de que había pasión en él, algo que nunca hubiera imaginado. Tampoco sólo en lo que respecta al sexo, lo que era aún más sorprendente.

Se preguntó cuántas capas y facetas más tendría él que ella no había visto todavía. Si iba más allá de una sola noche, tal vez los vería. Una parte de ella esperaba que lo hiciera. Sería bueno ver algo más que el seguro y sarcástico Maestro de Pociones.

Por otro lado, si veo esas otras facetas de él, ¿podré evitar que mis emociones se interpongan en el camino de unos cuantos revolcones? Se preguntó brevemente.

No lo sabía, y como siempre que sus pensamientos eran caóticos, invocó su diario y comenzó a escribirlos. Le ayudaba a poner una especie de orden para poder mirarlos y escudriñarlos con facilidad.

Pluma en mano, garabateó todos sus pensamientos. Dejando su nombre fuera, por si acaso, al igual que el resto de sus anotaciones, pero igualmente puso sus pensamientos y preocupaciones.

𝐄𝐫𝐫𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝[𝐒𝐞𝐯𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora