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El día de la graduación, Severus tenía planes de atar a Hermione a su cama, algo que aún no había podido hacer, y no dejarla ir hasta que ambos estuvieran demasiado agotados para moverse. Incluso entonces, sólo le soltaría las ataduras, sin dejarla salir de sus aposentos privados. No tenía intención de dejarla salir de sus habitaciones antes de la mañana, ni siquiera antes del almuerzo. De todos modos, los trenes no salían hasta las tres.

Hacía meses que tenían planes tentativos, y él pensaba atraparla antes de que pudiera escaparse con sus amigos para celebrarlo; sólo que no resultó como él había planeado.

En primer lugar, Hermione no pudo evitar hacer unas rondas con sus amigos en la gran fiesta que se celebraba en la sala común de Gryffindor. Se quedó el tiempo suficiente para pasar el rato con sus amigos y no levantar sospechas, llegando incluso a intentar traer a Draco, aunque éste se negó.

Cuando se escapó de sus amigos, tomó una copa con Draco, prometiendo celebrar más con él más tarde, pero tenía una cita para la que prepararse. Draco había curvado ligeramente los labios, sabiendo exactamente con quién era su cita y dijo que harían algo después de volver a casa. Ella vio un indicio de algo en sus ojos, insinuando la soledad, cuando ella bajó vestida con un vestido verde pálido, pero él la desechó cuando ella trató de hacerlo sentir mejor. Le dijo que se fuera, ya que a Snape no le gustaba la impuntualidad. Incluso para una cita.

Se demoró todo lo que se atrevió, mientras él seguía rozándola, y salió para ir a las mazmorras. Sólo que su mente seguía pensando en Draco cuando llegó allí. Severus suspiró, viendo su distracción y sabiendo que uno de sus amigos era el causante de ella.

Cuando ella le dijo lo que le pasaba, se encontró suspirando de nuevo. Por mucho que le molestara en ese momento, se preocupaba por su ahijado. Habiendo sido parte de la vida del joven desde su nacimiento, no se atrevía a disfrutar de tener tiempo con Hermione, mientras su ahijado estaba solo y miserable en una noche en la que debería estar celebrando.

Mordiendo un gruñido de fastidio, Severus la había besado profundamente y le había dicho que volviera al Dormitorio Principal. Ligeramente enfadado consigo mismo por haber dicho esas palabras y por dejar que su conciencia, una que pocos sabían que tenía, le ganara.

Al ver su leve confusión, maldijo mentalmente y le dijo que no se sentía bien acompañado, así que estaría mejor sin él por la noche. No estaba dispuesto a decirle la verdadera razón por la que la enviaba devuelta. Aunque le hizo saber que tenía la intención de compensar su noche pronto.

No fue hasta que estaba a mitad de camino hacia el dormitorio que se dio cuenta de la verdadera razón por la que la había enviado de vuelta. Él había estado bien hasta que ella le había explicado el motivo de su distracción y de repente no quería compañía. Es decir, no se sentía bien dejando a Draco solo cuando obviamente necesitaba un amigo. La realización la hizo sonreír al ver que de nuevo, había más en Severus de lo que ella sabía y le había dado crédito.

Encontrando a Draco, se había confundido hasta que Hermione dijo que Severus estaba atado por la noche. Dejándola sola sin nada que hacer. Sonriendo, Draco la condujo hacia Hogsmead donde muchos otros séptimos años iban a celebrar la graduación.

Mucho más tarde, mucho más allá del toque de queda normal, y más que un poco achispados, emprendieron el camino de vuelta al castillo. Ambos resoplaban de risa al ver cómo se tropezaban, y volvieron a toparse con Snape, que se limitó a levantar la ceja ante ambos. Draco trató de actuar sobrio y fracasó estrepitosamente, y Hermione no se molestó, ni siquiera podía intentar fingir estar sobria. Rara vez bebía así, por lo que tampoco había adquirido la habilidad de fingir la sobriedad, ni siquiera de intentar fingirla.

𝐄𝐫𝐫𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐞𝐭𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐨𝐬𝐜𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝[𝐒𝐞𝐯𝐦𝐢𝐨𝐧𝐞]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora