7-... Entre tú y yo

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Las heridas de Sukuna estaban curadas, una gran venda cubría la mayoría de su abdomen, estaba contentó, sonriendo de oreja a oreja ¿Cual era el motivo? Pues, pasaría un buen tiempo junto a Sadashi, aquella pelirroja que algunas veces le sacaba de sus cabales.

-Yujii, saldré por el día completo, hay comida suficiente y en mi habitación hay condones, no quiero ser tío aún.

-No me llamo Sukuna.- respondió con ironía y encendía la televisión -¿Y con quién saldrás?

Antes de que Sukuna respondiera, la puerta se abrió dejando ver el ceño fruncido de su amiga, quien sólo tenía un gran poleron puesto.

-Sukuna.- habló Yujii con seriedad -¿Podemos hablar?

El gemelo con mueca confusa lo siguió hasta la cocina, donde tuvo que esquivar unas dos o tres manzanas.

-¿¡Que pretendes!?- grito entre susurros -¡Es Sadashi!

-¿Y? Sabes muy bien que ella es diferente al resto, no es tan idiota para caer en mis encantos.

«auh, lástimando mi propio ego».

-Y no entiendo porque te enojas tanto ¿Te gusta?- encarnó una ceja, entre burlista y algo celoso...

-...

El recorrido al lugar misterioso fue en silenció, acompañado por los bostezos de Sadashi, adoraba su compañía aún que no estuviéramos un tanto juntos, es decir

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El recorrido al lugar misterioso fue en silenció, acompañado por los bostezos de Sadashi, adoraba su compañía aún que no estuviéramos un tanto juntos, es decir... Rayos es inexplicable. Sadashi tenía un aura hermosa y que te envolvía cuando llegaba a un lugar. Su carisma y personalidad, su rudeza y su delicadeza, juntos convertían a Kaminase en una chica unica. Única y salvaje.

-Venga, ¿A donde me llevas? No piensas matarme y tirar mi cuerpo por ahí verdad.- su punteaguda uña se clavó en mi mejilla, la mire de reojo y sonreí negando con mi cabeza.

«Esta chica sale con cada locura»

Sin responderle aún conecte mi celular a la radio de mi auto, salió mi canción favorita casi al instante que pedí reproducir Spotify.

-¡¡COOL!!- grité mientras bailaba en mi asiento -Joder Dua, te amo.

Al muy poco tiempo sentí como ella tarareaba la canción, sin el impulso de cantar de verdad, a de admitir que jamás había visto a esta chica cantando, bailando, ni con su cabello suelto. Odiaba esas facetas ocultas de ella, pero valla que es fanática de ese tal Levi y ¿Eren? Ese tipo genosida que defiende con su vida.

-Vamos Chō, canta conmigo ¡¡You met me at the perfect time!!

Sentía el viento pegar en mi rostro mientras solo me enfocaba en mi camino, mientras pensaba en aquellos ojos-...

- You want me, I want you, baby, my sugarboo, I'm levitating the Milky Way, we're renegading yeah-yeah-yeah-yeah.

¡Joder! Sadashi tenía una voz de putísima madre.

Sus labios se movían al mismo tiempo que la canción, sus ojos cerrados y sus mechones de cabellos moviéndose, su sonrisa que podía enamorar a alguien, incluso podía enamorar a un Rey...

-No sabía que te gustaba ese tipo de canciones Sukuna- de hecho casi nadie sabía mis gustos musicales, soy una persona reservada en algunos aspectos de mi vida.

-Al parecer no me conoces pequeña Chō.

-¿Que significa eso?- no respondí, me reí -¿A donde me llevas? ¿Por que no vinimos con Yujii?

Rodé los ojos con fastidió, aveces Sadashi hacia demasiadas preguntas a tal punto de querer silenció, ¿pero que le podía hacer? Aún así la quería demasiado.

Cuando estacione mi auto ella quedó observando el camino lleno de naturaleza verde, mordió su labio dudosa de querer seguir, sentía que no confiaba en mí o quizás era mi peculiar inseguridad que me hacía querer pensar eso. -Sadashi ¿Confías en mí?

Su respuesta tardó en llegar, pero con lo que me dijo quedé completamente conforme -Claro que sí.

-Entonces necesito que cierres tus ojos cuando te lo diga.

Ella asintió mientras bajamos del auto, me moví con lentitud, pues el hematoma de mi abdomen aún dolía como el carajo. Caminamos por el sendero por unos cuantos minutos, hablando de algunos compañeros de clases o algunas tareas que Yaga había dejado, hablamos de demasiadas cosas en particular, hasta que estábamos a punto de llegar al lugar sorpresa.

Un lugar que había descubierto hace unos cuantos años atrás.

Coloque mis palmas al rededor de sus ojos y le pedí que avanzará a paso lento, no me preocupe por nuestras cosas, pues solo estábamos ella y yo en ese lugar. El sol pegaba en mis ojos, pero aún así seguí con mi camino, hasta escuchar el sonido de la cascada.

-Bien... Abrelos.

La observé quedar boqui-abierta al instante, sus ojos brillaron como nunca antes y eso realmente me gustaba, tocó su pecho a la vez que daba vuelta sobre sus talones y seguía observando aquel paisaje bello que le di el privilegio de conocer, una mariposa roja se posó sobre su nariz... Se veía hermosa...tan hermosa que mi pecho comenzó a doler.

-Es hermoso...- susurro aún encantada.

-(No tanto como tú) Sí, es hermoso.

-¿Por qué...? ¿Por qué me trajiste aquí?

¿Cómo rayos respondo a eso? Debía tener una cara de estúpido justo en este momento, es decir... Ayer estuvimos a unos cuantos centímetros de besarnos y para no quedar como idiota le dije que me acompañará aquí. Pero joder no creí que ella saliera con sus preguntas nuevamente.

-Pues... No lo sé- quería golpearme por la respuesta inútil que le dí. -¿Quieres nadar?

Ya habían pasado unas cuantas horas y el sol estaba a su máximo esplendor, con Sadashi estábamos disfrutando de una deliciosa sandía sentados bajo un árbol, habíamos pasado una tarde llena de risas y chapoteos de agua, su compañía me agradaba bastante, incluso me había olvidado de mis heridas y algunos de mis problemas. Ella me hacía bien, me siento bien.

El movimientos de las ramas me hizo levantar la cabeza por un segundo, al voltear, la imagen ante mí me hizo quedar sorprendido.

¿En qué momento Sadashi se había puesto de pie? Estaba ahí. Ahí a unos cuantos centímetros de mi con su cabello suelto hasta su espalda baja, se veía tan hermosa y diferente, volteó a verme y pude ver como algunos mechones caían por su rostro.

¿Es una Diosa? ¿Una Reina? Sea lo que sea me había hecho olvidar llenar mis pulmones de aire, quería seguir viéndola así... Así tan bella como es siempre, pero con la diferencia de ser yo quien tenga el privilegio de verla así.

No el idiota de Geto.

«Joder como te digo esto»

-¿Te pasa algo?- preguntó volviendo a tomar asiento a mi lado, tomando su cabello entre sus manos y haciendo una trenza rápida.

-Oh no... Solo quede sorprendido al verte así.- tosí un par de veces para parecer 'normal'

-Entre tú y yo, odio como me veo con mi cabello suelto.- ¿Qué?

-Entre tu y yo, (quiero besarte) te vez muy bien.

Reímos al mismo tiempo... Sadashi...

Perdón por romper tu corazón.

Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ

Mariposas de Colores [Ryomen Sukuna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora