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—Mamá me odia —Millie susurró

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—Mamá me odia —Millie susurró. Sadie se mordió el labio escuchando a la pequeña—. Dice que me veo como él, dice que le recuerdo a él. El estado le está dando dinero para vivir, y le pusieron una cita con un psiquiatra. Ahora vive en una nube de farmacéuticos que solo parecen ponerla a dormir.

—Lo siento, Mills.

—Ya no tengo amigos, dicen que soy rara. Dicen que no eres real, y no les creo, no les creo nada. Ellos son idiotas, ¿no es así, Sads?

—Lo siento, Mills.

—Ayer pensé en que debía seguir a papá, tal vez si yo muero mamá será más feliz, nos olvidara a ambos y será feliz. Pero soy una cobarde, no podría hacerlo. Ni siquiera eso puedo hacer.

La esquina de la boca de Sadie se levantó—. Lo siento, Mills.

 Lo siento, Mills

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AM | SillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora