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Esa noche Sadie se quedó hasta que empezó a amanecer, el primer rayo de luz resaltaba su piel blanca y Millie juró que no había persona más bonita

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Esa noche Sadie se quedó hasta que empezó a amanecer, el primer rayo de luz resaltaba su piel blanca y Millie juró que no había persona más bonita.

—Tengo que irme —dijo Sadie pesadamente.

—¿Prometes que volverás? —Millie preguntó.

Sus ojos se conectaron, Millie no supo decir si Sadie decía la verdad o no.

—Lo prometo.

Entonces con cuidado Sadie salio por la ventana, Millie se llenó de coraje cuando la ojiazul puso un segundo pie fuera de la ventana, en la enredadera.

Se empujó a si misma hacia adelante, tomó el rostro de Sadie entre sus manos y junto sus labios.

—Te estaré esperando —dijo un segundo después y Sadie asintió, Millie pensó que la pelirroja tenía los ojos algo cristalizados.

Cerro la ventana y se acostó, a esa hora normalmente despertaba para ir al colegio, cerró los ojos.

Solo unos cinco minutos.

O más de cinco horas.

O más de cinco horas

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AM | SillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora