«Tan... molesto...»
Simplemente el recordar aquellas palabras del chico pelinegro hacía que Yatora no pudiese pensar en otra cosa que no fue eso e incluso su madre lo miró un poco preocupada cuando salió está mañana de su casa ya que a su pensar parecía... como un niño pequeño cuando se molesta por algo, le hizo revivir aquellos tiempos en el que el ojidorado era un "peque Yakku" y regresaba a casa con un puchero infantil porque se había enojado con alguien o estaba frustrado por algo insignificante.
Aun estando en el gran aula de su universidad, el rubio seguía pensando en aquello que no lo dejó dormir la noche anterior.
Golpeteando sus dedos contra la mesa, con el cuerpo presente pero el alma en alguna parte del universo, solo podía recordar una y otra vez las palabras fuertes pero honestas de su compañero de pintura, palabras que resonaban más que la voz del profesor quien estaba impartiendo su clase.«¿Qué trata de decir con eso? Que molesto» Pensaba internamente pues aunque tratase de poner atención a las clases los pequeños personajes de intensamente le volvían a recordar la razón de su enfado y por ello nuevamente se despistaba «No creo que sea difícil, solo no está acostumbrado a trabajar con alguien más, si es eso» Excusó dentro de sí las palabras sin sentido (para él) del pelinegro «¡Si! Le demostraré que podemos trabajar como cualquier persona»
- Tan difíciiiiil... -Expresó cansando mientras recostaba su rostro sobre la mesa.
- Llevamos una hora aquí y no tenemos ni una idea del boceto -Refirió Yotasuke mientras ojeaba unas cuantas páginas que llenaron con garabatos e ideas pero sin llegar a ningún lado.
Unas horas antes, Yotasuke le había avisado al chico de cabellos amarillos platinados que tenía un tiempo libre por si quería "intentar" ver una posibilidad de hacer algo para el proyecto.
Al principio se puso contento de que tomara iniciativa en lo que había desaprobado el día anterior y pudo concentrase un poco en clases aunque todo cambio en cuanto discutieron sus opciones frente a frente «Frustrante».
La situación se ponía complicado en cierto aspecto pues aunque surgieron varias opiniones de parte de ambos, ninguno estaba de acuerdo con el otro o cuando había una ligera idea del tema se iba distorsionando poco a poco todo hasta quedar nuevamente en desacuerdo y sin nada.
Todo mal desde allí, tan ilusionado y esperanzado que estaba, todo eso cayó uno por uno cuando escuchaba al contrario desaprobar sus ideas u opiniones, solo quería tener aunque sea una palabra en común con él.
Era imposible que estuviese tan indiferente con una persona al punto de que si no fuesen humanos -comprobados- posiblemente empezaría a sospechar si Takahashi pertenecía al mismo mundo que él.Levantando un poco la mirada y posándola fijamente en Yotasuke, el chico rubio dirigió un puchero al contrario pues estaba un tanto disgustado de su tranquilidad cuando él estaba demasiado preocupado por lo que ocurría, el pelinegro al notarlo le devolvió un gesto de desagrado con el propósito de demostrar su incomodidad por su forma de observarlo.
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Una pintura, dos artistas
RomansaYatora Yaguchi y Yotasuke Takahashi, dos compañeros de clases cuyas formas de pensar son totalmente diferentes al otro, se ven envueltos en un problema: Crear una pintura en dúo. Ambos chicos tienen ideas muy distintas para el proyecto por lo que al...