Capitulo 3

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SLARTER

Después de despedirme del Señor y la señora Wichester subí a la que sería por todo este tiempo mi habitación, a desempacar mis maletas. Sargo de la habitación y decido bajar a la cocina por un  poco de agua, no he visto a Caroline desde que se despidió de sus padres hace como dos horas. Llego a la cocina y ahí se encuentra ella de espalda buscando algo en el refrigerador.

—¡Hey! Ricitos de oro me pasas el agua—digo en modo de afirmación.

Ella se voltea y me mira con una ceja arqueada.

—Si quieres agua búscala tú—se da la vuelta y saca el zumo de naranja.

—¿Quien te crees tú para que me hables así?—pregunto incrédulo mirándola de arriba a bajo, ella me mira y pone los ojos en blanco.

Me voy acercando a el refrigerador cuando detrás de ella sale un gran perro pitbull negro mostrando sus afiliados colmillos.

Él perro me observa y empieza a ladrar y acercarse a mí, yo retroceso porque ese perro me da un poco miedo.—Hey perrito bonito me paedes dejar pasar.

Que ridículo soy como le voy a preguntar a un perro como si me fuera a responder—«lo haces porque te da miedo»—me dice mi conciencia.

—killer...—dice Caroline alargando las palabras.

¿Quien coño le pone asesino a su perro?

—Eh solo quiero un poco de agua, ¿será que le puedes decir a tu perro para que se quite?

—Slarter ¿quieres que te diga algo?—ella toma mi silencio como un si.—Killer es el perro de la familia, bueno básica mente no, yo soy su dueña y lo he entrenado por años para atacar a personas y degollarlas con sus propios dientes si lo ordeno, oh también...si él quiere—dice con una sonrisa diabólica—y yo creo que tú no le caes bien... Killer.

El perro empieza acercarse cada vez más a mí gruñendo y mostrando sus afiliados colmillos.

—Pero... que perrito tan.... bonito—digo con una sonrisa nerviosa mientras acerco mi mano para acariciarlo, pero la alejo cuando veo el intento del perro de morderla.

—Bien perro Killer... ve muchacho atacalo como te enseñe—él perro se acerca cada vez mas gruñendo y  mostrando sus afiliados colmillos, yo retroceso y mi espalda choca con el filo del comedor.

—Ehh-eh... Ca-Caroline dile a tu maldito perro que se aleje de mí...—le digo en un intento para que haga que su perro se aleje de mí.

—No, no, no, no a Killer no le gusta que le digan maldito perro, se pone furioso—Caroline tiene una gran sonrisa que da miedo, ¿será que es loca? a mí no me gusta burlarme de las  personas que sufren de alguna enfermedad mental pero es que Caroline si parece loca. —¿Sabes por qué le puse Killer? ¿no verdad? bueno es porque es un asesino—ya lo comprobé si que está loca—. Killer.

El perro se aleja de mi y suelto un gran suspiro que no sabía que estaba conteniendo.

Ese perro si que me da miedo.

Me acerco a el refrigerador y saco la jarra con agua, agarro un vaso de vidrio de la encimera y vierto el líquido en el—Si crees que me puedes hablar así como me hablaste estás bien equivocada.—digo.

Ella se ríe.—Mira guapo... yo te hablo como a mí me de la gana—dice— ¿oh quien eres tú para decirme cómo debo o no hablarte?— arquea una ceja—. Además déjame decirte que conmigo no funciona eso que tú haces con los demás, para que te vean y respeten como si fueras un rey, cuado claramente no es así—dice y desaparece de la cocina.

Prohibida confianza. [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora