¿Cazadora o Semidiosa?

La promesa de una muerte.

Apareció desorientada en un lugar, el estómago le daba vueltas y sentía mucho sueño pero ahora no podía dormir. Vio como todas las pocas cazadoras que quedaban se posicionaban en las azoteas cercanas a un punto fijo de algún lugar cercano, ahí tenía que estar Orion.

Sintió como la giraban y luego le daban un fuerte abrazo que la hizo quejarse,  todavía sentía dolor en el brazo recién curado, o más bien dicho recién herido.

– ¿Yune? –Era Thalía quien la había abrazado, estaba feliz, ella estaba viva –pensé que habías muerto.

–Lo entretuve lo más que pude –respondió todavia abrazándola, después se soltaron –el muy maldito me dejo con vida solo para decirme que me torturaría junto a la señora Artemisa.

– ¿Cómo has llegado? –Thalia parecía suspicaz, de seguro ya habia adivinado como Yune apareció ahi.

–Viaje sombra –contesto sonriendo, luego miro atrás de su amiga y teniente, dos personas estaban paradas, mirando la escena y una era Nico, aparto rápidamente la mirada, todavía no podía mirarlo a la cara, el sátiro pareció sentir la tensión o algo así, miraba de Yune a Nico, como si encontrara parecido.

–No importa –Thalia capto su incomodidad porque hablo inmediatamente –tenemos que ayudar a nuestras hermanas y a Reyna.

–Tienes razón –Thalia la jalo del brazo herido y no pudo evitar hacer una mueca y se soltó rápidamente de su agarre –no jales de ahí, el me lanzo dos flechas hiriendome.

–Lo siento

Asintió, después los cuatro corrieron rápidamente al lugar, tenían que ayudar a atrasar al gigante para darles una oportunidad de escapar a Nico, Reyna y el satiro.

Cuando llegaron no espero que alguien diera la orden solo preparo una flecha y la lanzo, al mismo tiempo Nico rompió el arco de Orion que termino golpeando al gigante de lleno en la cara, recibiendo a la vez la flecha de Yune directo en el brazo.

–Eso te pasa por dejarme viva –gruño molesta y comenzó a lanzar flechas junto a las demás cazadoras

– ¡Vete! –escucho como Thalia le decía a Reyna y esta comenzaba a protestar.

Luego un sonido de miles de voces comenzó a molestarle horriblemente, se tuvo que tapar los oídos, vio que Nico la seguía penetrando con la mirada, mientras el mismo luchaba. Parecía que él también estaba escuchando las voces.

Orion parecía que la quería matar con la mirada, pero por ahora estaba abrumado con la fuerza de todas las flechas que eran lanzadas en su dirección.

–Tenemos que irnos –gruño Yune bajando su arco y tomo el brazo a Reyna –ignóralos a todos los que gritan.

–Tiene razón –Thalia sonrió –Yune llévalos seguros hasta la estatua.

–No hay problema –Yune comenzó a correr jalando a Reyna con ella, estaba segura que los otros dos las seguían, ella sabía a donde tenían que ir, pero también podía sentir que Reyna estaba confundida y asustada, esos fantasmas le habían gritado muchas cosas y no precisamente agradables, de eso estaba segura Yune.

Sintio cuando estaban llegando a la estatua, se tenía que ir rápido a ayudar a las demás, no podía dejar que alguien como Orion las matara, nadie tocaría a su familia de nuevo.

–Hasta aquí los acompaño –suspiro –fue un gusto conocerlos, tengo que irme a ayudar a mis demás hermanas y a las amazonas.

–Tienes carácter chica –el sátiro grito –me gusta, la próxima vez me tienes que enseñar como disparar ese arco.

–Claro –ella sonrió de lado –Reyna cuídate, te prometo que a tu hermana no le pasara nada –la chica asintió, pero todavía parecía perdida en su propio mundo.

– ¿Quién es tu padre? –Nico dijo y se notaba que estaba impaciente, se veía extraño en una playera tan tropical puesta en él, eso no parecía ser su estilo.

–Ya sabes la respuesta –dijo encogiendo los hombros –nos vemos.

–Mantente con vida –Nico sonrió de verdad –no quiero que ninguna hermana mía vuelva a morir y menos si es cazadora.

–No te preocupes –Yune le revolvió el cabello –al fin y al cabo tengo que conocer a mis hermanos.

–Más te vale –dijo Nico ahora con un brillo diferente en los ojos.

Dio una última sonrisa y corrió de regreso a donde estaban sus cazadoras y hermanas, al llegar el gigante estaba ya recuperado y seguía atacando, Thalia y Hylla le hacían frente,  se preguntó dónde estaban Phoebe o Celyn que eran las más preparadas, un pensamiento de muerte le cruzo por la cabeza y entonces recordó que había sentido mucho dolor y muerte cuando Orion la dejo sola y mal herida.

–Vemos que también vino la chica valiente –Orion la fulmino con la mirada –en definitiva me serás entretenida.

–Vete al tártaro –gruño y se unió a la lucha.

Podía ser que esto era suicidio y se arrepintió de nunca haber ido a visitar a su familia o al menos arreglar la culpa que sentía su hermana Cris, pero ahora no había tiempo de nada, necesitaba hacer algo para dejarle bien en claro a este gigante que nadie se metería con una cazadora de Artemisa sin salir herido.

Con la espada que había recogido desviaba y golpeaba al gigante, en una oportunidad la clavo en el pie, Thalia aprovecho ese momento para lanzar una flecha en el brazo y Hylla clavo su navaja en su otro pie, eso hiso que el gigante gruñera de frustración.

–De todas ustedes me encargare –grito furioso –son todas insignificantes para el poder de un gigante y menos para mi madre, ella se levantara.

–Ya veremos –Thalia hiso una señal de retirada –Reyna te matara por todas nosotras y por toda la sangre derramada en este lugar.

–Tú no te olvides que vendré para matarte –Orion la señalo con una mescla de enojo –a ti y a todas ustedes, pero comenzare contigo y Artemisa

–Como quieras –Yune saco ahora una navaja y la lanzo en su ojo –avísame cuando estés mejor.

Las otras dos chicas la tuvieron que jalar para que escaparan de ahí, el gigante no tardaría en regresar y de seguro que esta vez Yune no se libraría, estaba segura que él ya la odiaba a un nivel bastante alto, ella también lo hacía. Se sumergieron por un túnel que era de emergencia, ahí estaban varias amazonas y cazadoras heridas, busco con la mirada a Sophia y la encontró curando a algunas amazonas, sonrió al verla, luego busco a las demás.

– ¿Phoebe? –pregunto alarmada, Thalia agacho la mirada.

Entonces lloro, así casi un año que no lo hacía, se alejó lentamente en un rincón alejado y comenzó a sacar sus penas, había perdido de nuevo algo importante