Damián, con aquel frasco violeta con el contenido a la mitad, entre sus manos, pensaba en las posibilidades, las consecuencias por sus acciones.
Podría no hacerlo y sólo acoplarse a sus leyes por igual, en cambio, si tomaba aquel frasco, probablemente podrá sentir ese sentimiento que rara vez se vive y que tal vez no vuelva a ver dentro de un tiempo.Bufó. Nunca le había sucedido algo similar; sus instintos y cabeza por primera vez estaban desacuerdo por una decisión, ni siquiera cuando se infiltró a las bases enemigas se había puesto a pensar demasiado.
——Esto debe ser por algo... y lo descubriré ——se levanta de su cama y abre el frasco, posteriormente para mirar el reloj en su pared — 16:37... Tengo tiempo.
Tras eso caló un gran bocado de aire y llevó la botella a su boca, dándole un pequeño trago para tener para más tarde. Después de eso dejó el frasco en su mesa de estar y comenzó a ver un pequeño humo negro con brillos blanco rodearlo, algo que lejos de asustarlo, lo hizo idealizar su nuevo aspecto.
Abrió sus ojos y miró su alrededor, que se veía más pequeño que de costumbre; dio unos pasos y se encontró con su espejo de estar, el cual, en vez de mostrar al niño de hace unos segundos mostró a un hombre de piel chocolate y facciones bien definidas, mostrándose imponente, hasta su ropa lo hacia ver infantil con el cuerpazo que se traía encima.
Fue a su cama para encontrarse con un traje que había hurtado de uno de sus sirvientes, si iba a hablar con su destinado debería de hablar como alguien de su estatus, sin ofenderlo.
Después de desvestirse, ponerse su traje y una caperuza que taparía su aspecto, fue a su ventanal virando por debajo de él encontrándose con unos arbustos que, incluso si amortiguan el golpe, no se diría lo mismo a los rasguños. Frunció su entrecejo y saltó sin pensarlo, sólo pidiendo que su traje no se desaliñada del todo.——Agh. Mierda. Esto dolió ——se quejó sobando su cabeza y levantándose.
Caminando lejos del castillo se encontró con su pueblo, que por primera vez veía con tranquilidad sin tener que tomar postura y saludar mientras se escuchaban las adulaciones hacía su ser.
Dio seguimiento con eso en mente, viendo a todo quien podía, hasta ver una escena que le hizo gruñir.
Un hombre había tomado la canasta de comida de una señora junto a su niño, eso le hizo estremecerse, más sabiendo lo que ese niño podría sufrir.Sin más qué decir, el nuevo Damián corrió para atrapar al bandido, tropezando con muchas personas, ordenando que se apartaran, justo entonces el ladrón supo que no estaba librado del todo, por lo que sus pasos se aceleraron mucho más, tirando cosas, mientras un niño lloraba.
Justo en el momento en el que iba a atraparlo cayó, aquel hombre le había disparado en la pierna, en ese momento una persona salió por los cielos y golpeó a aquel bandido, tumbándolo contra el suelo, liberando al niño y a la canasta la cual por el impacto no pudo mantener la comida que yacía ahí.El menor comenzó a retorcerse tratando de levantarse, cuando un joven se acerca a él con un niño y canasta en mano, éste se agacha, seguido de eso lo observa, pero la visión del contrarió sólo podían verse manchas y muy borroso.
——¿Estás bien? ——fue lo último que escuchó quedando todo en negro.
Sus parpados pesaban, incluso así pudo empezar a ajustar su vista, sintiendo un suave peso recorrer su cabello y ver a arriba, encontrándose con una angelical vista a su parecer, segundos después esa misma mirada chocó contra la suya y se encontró con la sonrisa más hermosa del mundo.
——Oh, mira quien ya despertó ——dijo sonriente.
Recordando de golpe el menor se levanta del regazo del mayor quien lo vio un poco atareado por su inesperada acción:
——¿Cómo está el niño y la señora? ——cuestionó, para luego sentir un gran dolor de cabeza que hizo llevar sus manos a la misma.
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Poción del "𝓕𝓮𝓵𝓲𝓬𝓮𝓼 𝓹𝓸𝓻 𝓢𝓲𝓮𝓶𝓹𝓻𝓮" | DamiDick
Fiksi Penggemar⫿⸙᩠◟ "Me hubiese gustado conocerte en otra vida. Quizá una donde nuestro amor no fuera mal visto. Siempre estaré bajo mi propia sombra, la cuál te acompañó hasta en los días más nublados"