𝐷𝐸𝐴𝑇𝐻 | ʟᴇᴇ ᴄʜᴇᴏɴɢsᴀɴ [✔]

▪︎ 007:𝐑eflection ▪︎

❝REFLEXIÓN❞

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EL SILECIO GOBERNABA EN aquel salón, cada uno procesaba todo a su manera y aquel silencio abrumador solo hizo que Eun-yeong pensara en muchas cosas.

Pensaba que apenas el día anterior se había divertido con sus amigos, como disfrutaba cada momento o se reía de las bromas tontas de Gyeong-su, como le gustaba el canto de I-sak o como todos eran tan despreocupados. Recordaba que ese día se iba por fin a confesar a Cheongsan, ahora todo se veía imposible, ahora la paz y felicidad se veía tan lejana.

Pensaba sobre todo en como había hablado con su madre aquella mañana y que pedía no morir para poder escucharla otra vez. La rubia se levantó del suelo y camino hasta Lee pues ahora necesitaba de su apoyo, más que nunca.

Camino hasta estar a su lado, él solo veía a través de la ventana el campo del Instituto, donde solo habían más infectados. Eun-yeong miró la mano derecha de Cheongsan, al observar que estaban lastimadas producto de pequeños fragmentos de vidrio.

-Déjame ver–Dijo con voz suave y tomo entre sus manos la suya–Sana, sana colita de rana, si no sana hoy sanará mañana–Su voz salió de forma melodiosa mientras acariciaba las heridas del chico.

A lo último, decidió dejar un pequeño beso en su mano.

-¿Mejor?–Preguntó con una media sonrisa.

-Mejor–Contestó en un susurro.

Eun-yeong se felicitó mentalmente al lograr formar al menos una pequeña sonrisa en el rostro triste del chico.

-Se que no es la mejor manera de hacerte sentir mejor, pero...–Susurro, manteniendo sus manos unidas–Debes ser fuerte ¿Sabes? Él lo hubiera querido–Alzó su mirada de sus manos unidas y miro a los ojos del chico.

Él apretó los labios y asintió.

-¿Cómo crees que estén los demás?–Cuestionó la rubia, cambiando de tema.

-No lo sé, el padre de On-Jo debe estarlo, es bombero, tu madre está en Estados unidos y mis padres... Deben estar en el restaurante, es lo que más le importa a mamá–Dijo guiando su vista hacia el campo.

-No digas eso, ella te ama, seguro está preocupada por ti–Le reprendió.

Él solo asintió.

Ambos chicos siguieron mirando el patio, escuchando los sonidos de los helicópteros y cegandose por su luz. Tiempo después todos se pusieron a hablar sobre cuando la profesora y Na-yeon se fueron, no hubo gritos ni nada.

-¿Les parece justo?–Preguntó Ji-min–Ella es una asesina, mató a Gyeong-su y por eso se fue–Siguió cuando todos le miraban.

Ji-min comenzó a discutir con otro chico, comenzó a hablar de Na-yeon y la profesora, nadie le había pedido a la peliroja que se fuera ni mucho menos a la señorita Park que la siguiera, sonaba egoísta pero era algo que querían pensar para no sentir culpa. On-Jo incluso lloró.