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Cierro la puerta detrás de mí y suspiro. Me descuelgo la mochila de un hombro y busco las galletas de mi mamá mientras voy al comedor. 

Veo a mi madre comer una espagueti con sala de tomate, Cassie mueve de un lado a otro su pasta, tiene la mirada fija en el plato. Mi madre me sonríe con la boca llena y trata de hablar pero empieza a toser, me aguanto una risa mientras mi madre bebe vino para pasarse la comida. 

-¿Dónde estabas? - sonrío. 

-Fui por tus galletas - mi madre entrecierra los ojos. 

-Sí, pero antes - me señala con el tenedor -. ¿Tienes un amante secreto, nena? 

-Claro que no - responde Cassie al instante. 

Mi madre y yo la miramos, Cassie cierra con fuerza la mano con la que sostiene el tenedor, alzo una ceja y traga saliva nerviosa. 

-Cassie, si tienes un amante secreto no tardará en salir a la luz - dice mi madre y me señala -. Pero tú hermana es buena guardando cosas, me preocupa no saber con quién se está las tardes enteras. 

-Mamá, literal solo fue esta vez, y una amiga tenía cólicos. 

-Oh, pobre chica - enreda espagueti en su tenedor -. ¿Vas a cenar? 

-Sí, solo voy a cambiarme. 

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Faye me había dado su número de teléfono y solo dejábamos de hablar cuando estaba en clase y no podía responderle, o cuando era de madrugada y yo estaba trabajando en mi obra y ya estaba más que dormida. 

Ahora con Fez era diferente, sin duda es alguien de pocas palabras, y pocos mensajes. Pero vaya que le gusta hacer llamadas, a veces temprano en la mañana mientras estoy en clase, debo pedir permiso de ir al baño. A veces en la tarde mientras trabajo en la obra, lo cuál me sirve para despejarme la cabeza. Otras veces en la noche, a veces cuando estoy despierta trabajando en el guion, otras veces cuando estoy en mi quinto sueño. 

Aún así nos mandábamos mensajes, no con la misma frecuencia que con Faye, pero hablábamos. Y en nuestro intercambio de palabras de manera virtual, me enteré que su cereal favorito son los Froot Loops, le aterran las cucarachas, su color favorito es el naranja, aunque su Power Ranger favorito siempre ha sido el azul. Es lindo saber esas cosas de él, lo hacen un poco más cercano a mi mundo. 

Nadie se pregunta cuál es el color favorito de su dealer de confianza. Ni si le teme a algún insecto. 

Se que lo que hace es peligroso, pero conocer este lado de la moneda, la parte tranquila y "normal" de su vida lo hace un chico "normal". Hace que casi me olvide de lo que hace, casi. Porque tampoco puedo ignorar que muchas personas buenas terminan haciendo cosas malas con tal de llevar dinero a casa. 

No soy nadie para juzgar. 

Me trueno los dedos y estiro el cuello, a pesar de ser de esas noches donde tengo la inspiración para escribir la motivación se rehúsa a colaborar. Cierro la computadora y miro el reloj digital en mi buró, no es ni media noche. 

Coloco  la computadora en el suelo y me remuevo en la cama, me quedo mirando el techo. Sería un gran momento para que alguien, nadie en específico- 

Mi celular vibra en la mesita de noche a mi izquierda y me lanzó por él, nunca en mi vida me había movido tan rápido. Sonrío al ver el contacto de Fez en mi pantalla, haciendo un llamada, a unos quince minutos de media noche. Contesto la llamada y estiro mi mano derecha por la colcha, me dejo caer en la almohada y me cubro hasta la cabeza con la colcha. 

Inhalo y exhalo en silencio, me llevo el celular a la oreja. 

-¿Hola? - susurro. 

-Lexi Howard, esperaba que no contestaras - jadeo indignada -. En plan: deberías estar durmiendo y descansando. 

It Will Come Back | Lexi & FezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora