Cap. #4: Pudo ser, pero no lo fue

171 26 15
                                    

I

—Ya casi dos años... ¿no?

—Lo sé, amor —se sentía muy alegre—. Estoy muy emocionada.

Estaban estacionados en la parte del asfalto frente a su casa, no habían salido del coche porque necesitaban prepararse.

Anunciarles a todos que Darcy era su novia desde hace dos años, era algo que debía ser serio porque se conocían desde que ella tenía cuatro años y él once años y, con mucha más importancia, tenían intenciones de casarse cuando ella cumpliera la veintena de edad.

Darcy estaba sumamente feliz porque hacer eso era aceptar que Lincoln era el chico que estaría con ella hasta el final de sus días. En dos años, vivieron muchas cosas que evocaban muchos sentimientos y emociones. Aprendieron más de lo que sabían, aunque eso era poco en ese momento, pero parecía demasiado.

Habían ido donde sus padres de ella para decirles sobre su noviazgo. Los padres de ella dieron unas carcajadas enormes, pero no por burlarse de lo que hacían, sino que ellos ya lo sabían. Para ellos las veces en que Lincoln iba a darle lecciones sobre algún tema de la preparatoria que ella no sabía o las veces en que ella hablaba extensamente por teléfono y de forma discreta les decía que su hija y Lincoln ya eran novios.

—Ya es hora de entrar, Lori y Leni ya deben estar allí —sentenciaba Lincoln con felicidad.

—¡Estoy muy emocionada! —Darcy abrazó y besó una vez más a Lincoln antes de salir.

II

Lincoln pensó mucho mientras ordenaba unos documentos en su oficina. Recordaba que había prometido a sus padres darle una visita el fin de semana con su hija. Las palabras de su madre siempre obviaban a Darcy.

Estaba pensando en salir una hora antes de su trabajo para charlar con sus padres y tratar de ahondar más en el rechazo discreto que le tienen más a Darcy. En especial con su madre, la cual tenía un resentimiento de años, pero con su propia madre que explotaba contra Darcy.

III

La boda de Lincoln y Darcy no fue enorme debido a los gastos previos que tuvieron con respecto a la tienda abierta en el centro de la ciudad.

Darcy le dijo que no le importaba si no era con bandejas de plata y oro, solo le importaba que él quisiera unir su vida con ella. Desde hace mucho que pospusieron la boda. Ella tenía veintidós años, pero daba la impresión de ser solterona y estar cerca a los cuarenta por lo ansiosa y alegre que se mostraba por casarse.

Desde un inicio en el día de la boda, se notaba que no iba a ser un lindo día. Los padres de ambos novios, se mostraron algo sorprendidos porque la iglesia en donde sería la boda sería una católica. No se enteraron hasta el día de la entrega de partes que ellos se habían convertido al catolicismo después de que revelaran sus dos años de noviazgo. Está de más decir que todos allí eran protestantes.

Una Lola muy alegre estaba maquillando a Darcy para que llegara hermosa a su boda. Lola fue la que le pidió a sus hermanas, con excepción de Lisa, que no hicieran sentir mal a su hermano y a su futura cuñada el día de la boda. Todas decidieron dejar los prejuicios a un lado y dar su mejor sonrisa ese día. Si tan solo su madre la hubiera escuchado.

Rita durante todo momento de la boda mostró una actitud muy indiferente respecto a la boda, Lynn y sus hijas se sentían incómodos cada vez que las personas del lado de la novia miraban a su lado y apreciaban el rostro sin expresiones de la matriarca Loud.

Darcy sin siquiera voltear atrás, sabía que su suegra quisiera estar en otro lado menos en la unión de ella y su único hijo o de su preciado hijo y la negrita de su novia.

PrejuicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora