🎏Poseídon, el dios de los mares decidio bajar al mundo humano para visitar un pueblo que lo seguia alabando, en ese pequeño viajé conoce a una chica... Una chica que lo hace sentir diferente y también confundido, no le parece tan repugnante y eso...
La chica seguía ahí, no se había ido y sus esperanzas tampoco, de verdad quería verlo y además disculparse y suplicar por el perdón de ese dios, ya que...bueno el sueño que tuvo en la noche fue... Una deshonra para él
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Las olas se hacían más fuertes...la noche estaba llegando y el cielo se tornaba oscuro... Pero esa niña seguía ahí, no se iba. Estaba decidida a ver al dios de nuevo, almenos por unos cuantos segundos
Mientras que... El dios sí la veía, lo observaba fastidiado, ya quería que se fuera del lugar, pero tampoco se quería ir... Tenía un conflicto con el mismo...
Si tanto detestaba a la humana, porque no simplemente dejaba de verla desde su palacio y ya?
Ese era el problema. Igual la quería verla
¬no piensas irte, verdad maldita humana - dijo con asco mientras la observaba desde una bola de cristal llena de agua que se movía cómo olas más fuertes - tks - al final se rindió y apareció en el mismo lugar que la noche anterior, con La luz de la luna de fondo haciendo que su rostro no se viera totalmente visible - ahora ya puedes irte humana - dijo en un tono neutro sin mirarla
¬es...es tan perfecto como lo imaginaba~ - dijo con un leve sonrojo y con unas lágrimas corriendo por sus mejillas, era felicidad pura verlo frente a ella, se arrodilló ante él y le pido disculpas por lo que soño, aunque el nisiquiera le prestó atención - mi señor... - dijo aún arrodillada - gracias por mostrase
Levantó la mirada y vio como él a penas la miraba de reojo, eso la hizo sonreír
¬eh? - pronunció al ver cómo tenía esa pequeña sonrisa, entonces se levantó y intentó acercase a él - que crees que haces? - dijo y la apuntó con su tridente
¬ mi señor - hizo una pequeña reverencia - solo...queria ver sus ojos, perdone mi impertinencia - dijo aun en pocision de reverencia - pero... Ahora que lo pienso, no soy digna de ello, desculpeme.
Ante estas palabras en el rostro del dios apareció una sonrisa de superioridad y arrogancia.
Al fin un humanos que sabía su lugar y lo adiraba como el deseaba, no como los humanos de estos últimos tiempos que se creen superiores o piensas que no existe
¬vaya, ya no eres tan molesta - dijo y la chica se le iluminaron los ojos al escuchar esas palabras
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