Después de una larga jornada laboral Shikamaru llegó a su hogar, abrió la puerta y lo primero que observó fue que su casa estaba completamente limpia, se quitó sus zapatos dejándolos en la entrada, se colocó sus pantuflas, avanzó hacia la sala y pudo percibir un delicioso aroma proveniente de la cocina, la comida ya estaba preparada. Llamó a Temari y a su hijo gritando el típico "Ya estoy en casa" pero nadie contestó.
Entonces notó que habían trastes en el fregadero y comenzó a lavarlos; aunque él fuera un perezoso, sabía que las tareas domésticas eran pesadas, así que las compartía con su esposa; cuando terminó comenzó a poner la mesa, iba a colocar el plato de Temari, pero recordó que hoy mientras trabajaba pasó por un lugar que seguramente a ella le encantaría.
Se escucharon voces afuera, después el sonido que producía la puerta principal de la casa al abrirse, la cabeza del clan Nara sabía qué significaba eso, así que volteó y vio entrar a su esposa con su hijo en brazos. Se sonrojó, siempre le parecía hermosa hiciera lo que hiciera, después sus ojos miraron a su pequeño quien le provocaba una ternura indescriptible, era increíblemente feliz cada vez que regresaba a casa y veía a su familia.
- Ya volvimos- exclamó Temari mientras dejaba una bolsa el piso y se quitaba los zapatos con cuidado.
Shimakaru se acercó a ellos y los abrazó fuertemente. Temari aunque se sorprendió por tal gesto, sonrió aceptando el abrazo, su hijo extendió sus pequeños bracitos y también se unió al apapacho familiar.
- Te quiero mujer problemática- Dijo Shikamaru.
- Y yo a ti flojo- contestó Temari dándole un tierno beso.
Se separaron y el pequeño comenzó a llorar.
- Tranqui, tranquilo- Comenzó a decir la rubia mientras lo arrullaba- Quizá quiere estar contigo- expresó mirando a su esposo.
- Ven acá Shikadai- lo cargó y dejó de llorar.
- Te extraña- agregó Temari.
- ¿Qué tal si paso tiempo con él y tú sales al nuevo puesto que abrieron en la aldea?- sugirió mientras aventaba hacia arriba una y otra vez a su hijo.
- ¿Qué?- Dijo Temari extrañada- Pero ya hice la comida ¿No quieres que comamos juntos?
- Si, me gustaría, pero hoy que fui con Naruto a ver lo del Ferrocarril, pasamos por un puesto donde venden castañas, pero como íbamos en el vehículo del Señor Feudal no pude bajar a comprar, se me ocurrió que podríamos ir juntos, sin embargo, vi que ya habías cocinado, podríamos esperar hasta el fin de semana pero ¿Por qué no vas sola y te libras un rato de nosotros? - bromeó- Mientras Shikadai y yo disfrutaremos de la comida que acabas de prepararnos.
- Ustedes no son ninguna molestia- dijo y avanzó hacia su esposo jalándolo de su camisa para plantarle otro beso- Pero tomaré tu palabra- rio.
Temari subió corriendo las escaleras y bajó con un bolso.
- Regreso al rato- exclamó metiendo la llave en la cerradura de la puerta- Por cierto, cuando terminé de cocinar salí con Shikadai porque también quería sorprenderte, en la bolsas encontrarás caballas, prepáralas y me guardas una- Se acercó a su esposo y a su hijo, los abrazó y salió.
Shikadai estuvo llorando unos minutos después de su partida.
Sasuke todavía no regresaba del baño y tanto Naruto como la ancianita estaban preocupados.
- Quizá ya deberíamos irnos- comentó el rubio.
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No sabía que sentía esto por ti
FanfictionSe podría considerar una historia romántica, pero conforme avanzas en la lectura, notarás que hay mucho más.