QUIERO TODO CONTIGO

Capítulo 9

“¿Eso es lo que has estado usando para salir?”
Minho preguntó dos semanas antes.
Había llegado por más café y se encontró con Key en el pasillo, poniéndose una capa extra cuando el invierno se intensificó y ahora sí parecía un malvavisco.

“Sí” dijo Key, metiendo sus manos desnudas en los bolsillos de su liviana chaqueta.

“¿Y tú gorro?” preguntó Minho, virando hacia abajo a su reluciente cabello castaño.

“No tengo.”

Minho suspiró. “Voy a ir a llamar a Sooyoung y veré si puede enviar a alguien para cuidar la casa
mañana. Vamos a tener que ir de compras.”

“Estaba planeando ir cuando usted fuera a su viaje de abastecimiento”

“¿Quieres tener dedos?” respondió él.
“Porque no planeaba hacer eso hasta dentro de tres semanas más.”

Key asumió que necesitaba por lo menos un dedo bueno si iba a seguir trabajando para Minho, así que no discutió más.
Al día siguiente se sentó al lado de Minho en una camioneta que estaba casi tan dañada como su laptop.  KangHoon y Woojin estaban conversando en voz baja en la parte de atrás, obviamente emocionados
por viajar al pueblo tres semanas completas antes de tiempo.
Key observó el perfil de Minho, él
miraba el camino con cuidado, pero no parecía tenso. Eso hizo que se relajara.
Era la primera vez que estaba relajado en su compañía desde la cena de panqueques.
Principalmente porque sabía que tenía que decirle algo acerca de la manera en que trató a los niños.
Minho no era abusivo, difícilmente les levantaba la voz. Pero actuaba como un sargento instructor, dándoles órdenes y nunca aflojando la cuerda con ellos.
Key no sabía si era crisis de padre soltero, o si era por su historia militar. Pero sí sabía que a estos niños todavía les dolía la pérdida de su madre y la falta de afecto de su padre no estaba
ayudando.
Se aparcaron frente una pequeña tienda y todos salieron de la camioneta. Minho le entregó una
lista a Key.

“Yo traeré la comida,” dijo él. “Tú encárgate de eso.”

Como había esperado que fuera una lista de provisiones, desdobló el papel con curiosidad. Allí, en un garabato legible pero obviamente masculino, había un tipo distinto de lista.

“¿Me estás diciendo qué ropa debo comprar?”

Él le dirigió una lenta sonrisa, caminando hacia adelante, alzándose sobre él.

“Alguien tiene que estar atento de ti.”

Key tragó pesado y trató de pensar en algo que decir que no fuera vergonzoso.

“Gracias.”

Minho le acarició la mejilla con el pulgar siguiendo el ligero rubor.

“De nada.”

Key tomó conciencia de los espectadores y se inclinó hacia atrás, sonriéndole a los niños.

“¿Van a venir conmigo?”

“Pensé en llevármelos” dijo Minho. “para dejarte en paz mientras compras.”

Key captó la mirada suplicante de KangHoon.

“Depende de ustedes niños,” dijo Key. “Pero me encantaría que me acompañaran.”

Segundos más tarde, Minho se encontraba solo en el parqueo.

“Está bien”
Balbuceó mientras cerraba con llave la camioneta. Intentó olvidar la sensación de su piel contra su dedo, pero no pudo.
No se consideraba un rompecorazones, pero key había parecido halagado por su atención.
No le había dado mucha en las últimas semanas, cada vez que lo miraba, pensaba en lo mucho
que lo deseaba.
Cada vez que pensaba en lo mucho que lo deseaba escuchaba una risa burlesca en el fondo de su mente que sonaba mucho como la de su esposa. Él esperó que sonara en sus oídos esta
vez, pero no lo hizo, sintiéndose bien por primera vez en mucho tiempo. Minho se dirigió a la tienda después de Key.