Eithan Dickens
No entiendo como logran convencerme, tienen un poder sobre mí que incluso me sorprende.
Después del trabajo quería recostarme con Eliana, mientras la acurrucaba en mis brazos, pero no, estoy con ella y con múltiples desconocidos mientras la música del lugar retumba con fuerza.—¡¡La nueva, la nueva y la ex, la nueva, la nueva y la ex!! —Amira y Eliana se señalan mientras se zarandean coquetamente en medio de la pista de baile—La nueva, la nueva y la ex.
—Dios, que karma estoy pagando!!—maldigo por lo bajo. Todos las rodean mientras se mueven sin descaro alguno al ritmo de una canción que parece agradarles y representarlas.
—Eh, eh, eh—Amira apoya a mi mujer mientras menea las caderas, ninguna de la dos ha tomado ninguna gota de alcohol, eso no impide que parezca que estén borrachas a niveles exasperados.
Me levanto de la barra, acercándome a las dos figuras que parecen disfrutar bastante esta noche.
—Aquí está el que se ha cogido a estas dos hermosuras, tiene demasiada suerte el idiota—comunica Amira al público que gritan y aplauden con orgullo, a mí no me genera el mismo sentimiento.—Controlense un poco mujeres—les digo a regañadientes.
Repito no sé cómo me convencieron de visitar una discoteca ha estas horas de la noche, ya son las dos de la mañana y siguen bailando sin cansancio. Mi única condición fue que no bebieran y hasta ahora lo cumplen, pero los movimientos sensuales de Eliana me están descontrolado, prefiero ir a casa justo ahora.
—Eliana haz lo tuyo— Amira habla nuevamente por encima de la bulla.
Mi pelinegra se acerca —Dale amor, no seas aburrido, solo por hoy hay que divertirnos—la música sigue ambientando la locación.
Se gira dejando su glúteo presionando mi entrepierna, coloco mis manos en su cadera—¿Qué tratas de hacer?.
—Convenciendote de que te quedes—frota su perfecto trasero en mi ya creciente miembro guiandose por el ritmo de la melodía sensual.
Suspiro con pesadez—Estás consiguiendo todo lo contrario Eliana, me estás poniendo duro y eso solo se solucionará alejandote de toda esta gente para estar solos y hacerte mía—vuelvo a tratar de detener su sensual movimiento pero ella parece tener claro su objetivo.
—Basta Eliana....—de un momento a otro también me estoy moviendo, bailando al vaivén de su cuerpo.—Shhh Oficial, olvídese por un momento de ese título de hombre perfecto, solo sé Eithan Dickens, el hombre que sabe tomarme.
—Si eso quieres... —agarro su mano y la guio lejos de la multitud.
Antes de alejarnos le doy una señal a Amira—Esperanos aquí—le aviso, ella asiente apoyándo cualquier decisión que esté pensando.
—¿Dónde vamos? —pregunta la chica que hace un momento se frotaba con gusto en mí.
Ignoro su pregunta y sigo los carteles que indican la llegada a los baños de la discoteca.
—¿Los baños? —pregunta sin entender.
—Solo estoy siguiendo tus órdenes—busco un cúbiculo vacío para entrar con ella.
Al estar totalmente solos, alejados de todo el ruido, no puedo evitar observarla con adoración, hoy luce fascinante, su cabellera negra está completamente lisa, su figura se ve espectacular en un dimuto vestido rojo que deja muy poco a la imaginación, su rostro deslumbra al igual que todos los días, es perfecta, y me escogió a mi, cualquier hombre daría todo por estar con ella, y ella está junto a mí.
Acorrandola a la pared del estrecho espacio la beso como deseé desde que la vi moviendo sus caderas en medio de la multitud. Reclamo sus labios lamiemdolos con todo el gusto que siento hacia ella, mis manos viajan de su cintura hasta sus maravillosas caderas, las dejo ahí acariciando con deseo.
—Quiero que me hagas tuya, justo aquí—jadea acoplandose a la intensidad del beso.
—No Eliana, tenemos nuestra cama, vámonos a casa y ahí haré lo que me pidas—me encantaría tenerla ahora mismo pero este lugar no la hará sentir cómoda.
—No aguantaré, mi cuerpo necesita liberarlo ahora mismo—Decidida saca el cinturón de mi pantalón para bajarlo con determinación.
Pasa su mano por encima de la delgada tela del bóxer masajeando el bulto que me exige ser complacido. No voy a poder contenerme.
—¿Segura?—susurro con dificultad al sentir su mano bajar hasta mi hombría.
—Segura—confirma dándome luz verde para seguir.
La despojo de su vestido dejándome ver su figura en una ropa interior aún más provocadora—Tenías planeado que esto pasara ¿Verdad?.
—Si—dice con orgullo—Por eso elegí tu lencería favorita.
—Me vuelves loco Sandoval—vuelvo a besarla con todo la pasión que mi cuerpo emana.
Me apuro a asegurar la puerta.
Mientras bajo su provocadora braga de encaje negro observo su rostro, muerde su labio controlando la sensación que le envía el roce de mis dedos con sus piernas.
Tiembla viéndome bajar hasta su intimidad.
—Besala—me súplica y para mi es un verdadero gusto.Está húmeda y lista para mi, me sostengo de sus caderas mientras mi boca se deleita de su exquisito sabor, estar entre sus piernas lo considero una de las maravillas del mundo, un placer y un privilegio que atesoro, más cuando la escucho gemir mi apellido, es un deleite que hace mi cuerpo estremecer.
—Me voy a correr—pronuncia con dificultad.
Alejo mi boca de su entrepierna, y me levanto saboreando mis labios guardando aquel recuerdo.Agarro una sus pierna y la coloco en mi cintura, la tengo dispuesta para mi y aquella idea me fascina. Sin más me introduzco en su interior, escucho sus gemidos por lo que la vuelvo a besar, su figura es presionada entre la pared y mi cuerpo, sus manos se aferran a mis hombros, siento un leve dolor al sentir que entierra sus uñas en esa zona, pero no me importa en lo absoluto, estoy tan desbordado de ella que solo puedo concentrarme en su bello rostro, sus ojos están cerrados disfrutando del momento, sus labios entreabiertos haciendo notar la dificultad que tiene para respirar, es la imagen que considero "perfección o perdición" ella es todo en uno.
El movimiento de ambos cuerpos se vuelve tenaz, decido, de arriba a abajo con ganas. Sus jadeos resuenan en mi oído llevándome a darle mucho más.
—Es el cielo estar dentro de tí Dickens—después de aquella corta frase que me descolocó, siento la liberación acogerme.
La jodida y mejor sensación, correrme dentro de ella sosteniendo su cuerpo para que no desmaye.—Joder Eliana, sin duda eres la mujer de mi vida, me imagino cada hora tenerte así, jadeante, complacida.
Se acomoda en mi pecho abrazándome, ese contacto me demuestra de más, con sus brazos rodeandome siento las claras palabras que ahora le cuestan pronunciar por la avalancha de sentimientos.
—También te amo Eliana.
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Entre la aflicción y el amor ✓
Romance⚠️[Libro +18, Original de Wattpad] ⚠️ Él es el bien, ella el mal. Ambos se conocerán en la oscuridad y quizás su compañía los hunda aún más. Eliana Sandoval no es un ejemplo a seguir, a conseguido absolutamente todo utilizando su cuerpo y su belleza...