N° 2

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Ya en la sala del club se acomodó la ropa y el cabello perfectamente, volvía a tener esa apariencia pulcra de estudiante modelo que siempre le mostraba a los demás

-Kyojuro-sempai ¿Cuál es el inventario que hay que revisar? - dijo buscando un lapicero en su bolso.

El otro tiro sus propias cosas sobre una silla -no hay ningún inventario-

le dijo sentándose en otra silla con las piernas abiertas y los brazos cruzados.

La otra se quedó pensando un poco -disculpe... no entiendo- cerro su cartuchera y arrojo el elemento en su bolso sin importarle en donde quedaría

-pensé que había dicho que quedamos en revisar un inventario desde hace tiempo- se sentía confundida

-sí, lo que pasa es que mentí- la otra proceso sus palabras y frunció el ceño

- ¿mentir? ¿por qué haría eso? - ahora ella tenía el cuerpo tensado, pero quería escuchar las explicaciones del otro

-Aaaaaa si, te vi casi que teniendo sexo con ese niño feo, así que mentí para que lo dejaras- acepto de forma sencilla.

Ella ahora se indignó muchísimo - ¿disculpe? ¿niño feo? creo que se está confundido sempai- se acercó un poco a donde estaba el rubio

-Hotaru es de los chicos más atractivos del instituto, no solo es el líder del club de arte, sino que también estuvo en el puesto 5 de popularidad hace dos meses- además tenía unos brazos enormes y el cabello negro largo lo hacía ver sensual, los brazos y el cabello no era lo único grueso y largo que poseía, pero esa parte se la guardo para sí misma

-Yo estuve en el puesto 1- presumió con una sonrisa Kyojuro -ah ¿sí? lo felicito- tomo su bolso dispuesta a salir de ahí

- ¿A dónde vas? - casi como una ráfaga de viento el otro se hizo en la puerta cerrándole el camino - ¿a dónde vas? – repitió y miro serio a t/n

-Realmente no me interesa perder mi tiempo, y por si no lo noto, deje un asunto pendiente abajo- dijo intentado pasar por un lado del otro, fue en vano - ¿Te iras a tener sexo con ese otro? - pregunto con una sonrisa de ironía. Ella apretó los puños, no le debía explicaciones a nadie de con quien tenia o no sexo

- ¿y si así fuera? ¿qué? no creo que sea problema suyo- le sostuvo la mirada enfadada, Rengoku se estaba comportando como un idiota

-pues te pediría que no lo hicieras, no quiero que alguien de mi club se ande acostando con quien sea que se le cruce- vallaaaaaa que grosero había sido eso, la menor se sintió ofendida

- ¿disculpe? primero que nada, no me acuesto con todo el que se me cruce...- levanto un dedo delante de el -...segundo, no voy a tener sexo delante de todo el colegio así que no debe preocuparse del que dirán- levantó otro dedo -...tercero, si tanto le molesta que alguien como yo esté en su club, es muy fácil, me salgo y asunto resuelto. Pero déjeme decirle que me parece una idiotez ¿es que usted nunca ha tenido sexo? - ahora estaba hablándole en un tono más alto al otro. Bufo enojada al final de su discurso

-Por supuesto que si- le dijo rodando los ojos como si la pregunta de la otra fuera estúpida -y no veo que por eso sea menos digno de ser presidente- tomo aire y lo soltó, necesitaba calmarse sino quería terminar golpeando al rubio -en todo caso, ya terminé aquí, con permiso- insistió, pero el otro no se quitaba de la puerta

-No te dejare salir de aquí para que vallas y te acuestes con el otro- ¿el otro? valla forma de llamarlo, la hacía parecer una infiel cuando ellos no eran nada

-ya le dije que con quien me acueste no es problema suyo- le empezaba a doler la cabeza por la discusión -no te dejare salir- aseguro el rubio

Ella intento empujarlo o correrlo un poco, pero fue inútil. El no solo era más alto, sino que también era más grande y considerablemente más fuerte, no por nada era el presidente del club de básquet y el integrante más fuerte del club de Judo. sí peleaba con él, estaría muerta

-Por favor, déjeme salir- pidió con un tono serio, el otro la miro levantando una ceja -No lo hare- soltó sencillo.

La otra chillo de la rabia -que idiota- se empezaba a desesperar de estar ahí con una faceta del rubio que no había conocido antes. Busco por todas partes otra salida. Pero en donde estaba el, era la única puerta de la habitación del club

Se asomó por las ventanas amplias. Bingo, ahí estaba su salida. A solo unos pocos metros de la ventana estaba la escalera de emergencias con algo de cuidado y suerte podría llegar ahí y bajar por ellas

- ¿me dejaras salir? - pregunto otra vez, pero el rubio negó -bien, entonces púdrete- no había tenido una pelea tan fea con nadie desde que discutió con cierta peli rosa de ojos verdes hace unas semanas

Decidió que dejaría sus cosas en el salón del club, no quería que el peso del maletín la desequilibrara y la hiciera caer o que alguna de sus pertenencias se dañará por el golpe. Acomodo su bolso cuidadosamente en su casilla y volvió a la ventana

Miro hacia abajo, eran 3 pisos de altura. Tomo aire y se llenó de valor, si caía estaba muerta. Apoyo una de sus rodillas en el marco inferior de la ventana y sus manos en los laterales. Rogaba que todas sus sesiones con el club de atletismo dieran frutos

Tomo el ultimo impulso con su pie que aún estaba en contacto con el suelo y luego salto, a los instantes pudo sentir un fuerte golpe contra el piso.

Cerro sus ojos esperando lo peor, luego cayo en cuenta, el golpe no había sido tan fuerte de hecho, seguro se encontraba tan mal que ya no podía sentir bien las cosas, o peor aún, estaba muerta y ya no podía sentir nada.

Le dieron ganas de llorar

RelacionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora