capitulo 5 parte 2

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11 semanas para el cumpleaños de Dest

Recorrí la playa durante horas, mas de una playa en realidad. Al final de la jornada del jueves, estaba agotado y congelado, pero tenia un puñado de vidrio azul y verde mar. Con la ayuda de mama forme una pulsera. Ella incluso me dejo ver a Destinity por cinco minutos enteros el día de Navidad para dárselo.

Ella me había regalado un par de gafas aviadoras increíblemente geniales que había encontrado en Los cambios, algo así como una venta de garaje sin fin al aire libre. Era como seria un mercado de pulgas si el mundo llegara a su fin. Resultaría muy difícil encontrar algo como aquel lugar fuera de Wales.

Mama se apego al castigo. Cinco minutos es todo lo que estuve con Dest por una semana. Ella incluso echo a Jake y Elly cuando se presentaron el día después de Navidad.

Pero para Año Nuevo había sido perdonado, ya no estaba castigado y Dest había pasado toda la noche en nuestra casa, durmiendo en la habitación de Anabelle cuando todos finalmente nos fuimos a la cama. No podría haber sido mas feliz con toda mi familia allí, los siete niños, Bryon, y la chica que amaba. Fue el mejor año nuevo.

La escuela comenzó de nuevo y las cosas fueron tan normales como siempre. Pero cuando se vive en una extraña y pequeña isla como Wales, las cosas realmente no pueden permanecer normales durante mucho tiempo.

De la segunda a la ultima semana de enero se predijo que iba a ser el clima mas frío que habíamos tenido en nueve años. A pesar de que en la isla no hay nada de nieve, lo que también significaba que la escuela no seria cancelada, teníamos vientos malignos de nuestra demasiado cercana vecina Canadá.

El segundo día de la tormenta, toda la isla perdió energía. Sucedió durante la clase de Historia justo después de que la campana sonara para comenzar el periodo. Tan pronto como paso, un grito se oyó en toda la escuela. Sin energía significaba que todos teníamos que ir a casa. Luego de que fuésemos despedidos, todos nos reunimos en los pasillos y de inmediato comencé a buscar a mi novia. Finalmente, la encontré yendo hacia su casillero, sus ojos abiertos, con una expresión que parecía una mezcla de preocupación y miedo.

¿estas bien? escribí y se lo enseñe cuando me uní a su lado. -La energía se fue -dijo en voz baja, abriendo su casillero en la penumbra. Asentí en acuerdo, apoyando la espalda en el casillero junto al suyo.

-Me pregunto cuanto tiempo va a estar fuera -dijo mientras tomaba un par de libreo y los metía en su bolso mensajero. Me encogí de hombros ¿Quieres que te lleve a casa?, escribí. Ella asintió distraída mente y retorció uno de sus anillos en el dedo.

No dijo mucho mientras yo conducía de vuelta a la casa rodante. El coche se movió y sacudió por el camino por los malvados vientos del norte arrancándonos. Cuando finalmente me estacione, ambos corrimos dentro, tirando de las capuchas para mantener el frió glacial afuera.

Me sentí como un idiota tan pronto como entramos. Si la electricidad estaba fuera, eso significaba que los calentadores de Dest no funcionarían. Ya era de hielo frío por dentro.

Mierda.

Ella vacilo en la cocina, envolviendo sus brazos alrededor e ella, sus dientes comenzando a castaña. Sus ojos se encontraron con los míos y pude ver que ella no sabia que hacer.

Así que hice lo único que había para hacer. Diciéndole que empacara ropa para unos pocos días, salí y cerré la manguera que conduce desde la cabina a la casa rodante. Me tomo un poco de tiempo encontrar la manera de drenar el agua de la manguera y el remolque, pero yo estaba bastante seguro de que sus tuberías no iban a congelarse y romperse durante el clima frío. Diez minutos mas tarde, estábamos de vuelta en el coche, el calor golpeándonos.

-Aris -dijo Ella-. No hay manera de que tu madre vaya a dejar que me quede. No ahora que estamos juntos. Año Nuevo fue una cosa. Probablemente va a sospechar que algo raro esta pasando.

Ella no tiene que saber sobre que estas quedándote, escribí rápidamente cuando llegamos a un semáforo. -No me gusta mentirle a tu madre -dijo Dest-. Es mucho mas difícil mentirle a la gente que te gusta.

La mire. Parecía que tenia el peso del mundo sobre sus hombros otra vez. Retorció uno de sus anillos dando vueltas y vueltas. Considere que tal vez debería decirle a mama y papa sobre lo que le había pasado. Tal vez ellos lo entendería y no le dirían a servicios sociales. Tal vez la dejarían vivir con nosotros hasta que ella cumpliera 18 años.

Pero algo dentro de mi sospechaba que no era lo que realmente iba a suceder. Era una de esas grandes situaciones en las que, incluso cuando sentías que sabías lo que había que hacer, el Estado no estaría de acuerdo y yo no quería ponerlos en esa situación difícil.

Caminamos juntos hacia la casa, dejando la bolsa de las cosas de Dest en el coche. Se sentía como entrar en un horno. Cuando papá construyo la casa, había puesto una enorme estufa de leña en la sala de estar. El tubo corría hacia el techo abovedado, que se abría en el desván y el pasillo de arriba. No tendríamos frío con esa cosa. ¡Dest! -dijo James con entusiasmo tan pronto como entramos en el interior. El corrió y puso sus brazos alrededor de ella -. ¡Mama esta haciendo chocolate caliente en la estufa! ¿Quieres un poco? ¡Ella le puso chispas de chocolate reales también!

Destinity se rió entre dientes, erizando el pelo de James. -Me encantaría. -¡Mama! -grito dirigiéndose a la cocina-. ¡Dest quiere un poco de chocolate caliente también!

Ella volvió a reírse mientras me miraba. Tenia uno de esos destellos en los ojos, como si supiera a donde pertenecía. Mama la invito a cenar, como yo sabia que lo haría, y toda la familia junto con ella y Bryon pasaron el resto del día haciendo tarea a la luz de las velas y jugando juegos de mesa en la cocina. Deslice una nota por debajo de la mesa para Dest, durante la tercera ronda familiar de Uno a pedido de James.

Mi ventana es la segunda al final. No tiene pantalla. Me iré a la cama tan pronto como salgas y te permitiré volver a entrar.

Leyó sigilosamente debajo de la mesa. Ella me miro, sus ojos nerviosos e inseguros. Me tomo de la mano y le dio un apretón. Como si toda la noche hubiera estado planeada, a las diez, mama dijo que era momento de que cada uno se vaya a la cama y Dest tomo eso como su señal para salir, mintiendo y diciendo que un amigo vendría a recogerla. Te veo pronto, gesticule hacia ella cuando fingí decirle adiós en la puerta principal. Me dio una sonrisa socarrona y fingió caminar por la calzada.

En cuento cerré la puerta, dije buenas noches a todos, me tome dos segundos para lavarme los dientes y me dirigí directamente hacia mi habitación. Encendí una vela y la coloque en mi tocador, entonces me metí en la cama y tan silenciosamente como pude abrí la ventana.

Ella estaba oculta en las sombras, ya temblando, con su bolsa llena de cosas. Le hice una seña y la ayude a subir. -¿Y si nos encuentran? -susurro, mirando a la puerta como si pudiera estallar en cualquier momento.

Tome una bolas y la puse a los pies de la cama. Una sonrisa se extendió en mi cara, tirando de ella en a mis brazos. Nuestros cuerpos se fundieron juntos como si estuvieran hechos el uno para el otro. Toda la preocupación y el miedo desaparecieron de su cara cuando me miro. Me encantaba cuando ella sonreía La sonrisa de Aris.

Te amo, dije en mi cabeza por enésima vez. Había algo perfecto y dulce de la forma en que su cuerpo se doblaba en el mio. Nos deslizamos entre las sabanas después de que llegamos a la cama. Ella había puesto su cabeza en mi pecho, cada centímetro de su cuerpo metido en mi. Apoye la barbilla en la parte superior de su cabeza, envolviendo mis brazos alrededor de ella. -¿Como es que soy tan afortunada de tenerte? -susurro contra mi pecho-. Siempre cuidas de mi.

Apreté los labios en su pelo, abrazándola con mas fuerza.

Yo soy el afortunado.

Mute: To be continuedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora