Que hubiera pasado si nada de lo que se pensaba alucinaciones del coma hubiera sido eso. Y si todo era real? Al final, la historia continúa.
*leer mute primero*
Sentí algo de cosquillas en mi mejilla, mi piel temblando. Cuando algo rozó de nuevo, poco a poco dejé que mis ojos se abrieran. Dest estaba apoyada en un codo, mirándome, nuestras narices sólo cerca de veinte centímetros de distancia. Era su pelo que había estado rozando mi cara.
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BUENOS DÍAS. -Hola -suspiró. La sonrisa Aris se extendió en sus labios. No me había sentido tan bien como lo hice entonces en más de una semana por lo que no pude evitar sonreir también.
-Entonces -dijo ella, su voz repentinamente incierta-, ¿Estamos... bien?
Para responderle, puse mi mano en su nuca y levanté la cabeza de mi almohada. Muy suavemente, dejé que mis labios se encontraran con los suyos, apenas tocándose al principio. Débilmente detecté coco.
TE AMO. SIEMPRE.
Dest retrocedió un poco, sus ojos se encontraron con los míos. Tenían su resplandor de vuelta. -Probablemente sea mejor que me vaya antes de que tus padres despierten. ¿Vuelvo para el almuerzo?
Mi estómago se hundió al instante cuando dijo que s iba. Pero tenía razón. No podíamos ser atrapados otra vez. ¿QUE HAY CON TU PADRE? Escribí en el cuaderno de la mesita de noche. El brillo en sus ojos murió al instante. -Es muy temprano. Dudo que alguien me vea y no creo que él sepa donde estoy todavía. Hablaremos de ello más tarde, ¿De acuerdo?
De mala gana, asentí. -Adiós -dijo, mi sonrisa reapareció mientras se movía hacia delante por un besodedespedida prolongado. Saludé con la mano mientras trepaba por mi ventana.
La puerta de mi habitación se abrió al instante que la ventana se cerró, y entró Anabelle. Tenía la esperanza de que no luciera tan culpable como me sentía.
Belle me dio esa mirada, como si supiera que algo estaba pasando. -¿Por qué huele como a Destinity aquí adentro? ATRAPADO.
Mintiendo, solo le di un encogimiento de hombros. ¿QUE ES LO QUE QUIERES? Escribí. -Mamá está casi terminando el desayuno -dijo, todavía mirándome con recelo.
Sin esperar a que descubra cosas, salté de la cama y caminé junto a ella a la cocina. Tenía la sensación de que las cosas estaban a punto de ser muy complicadas.
