Capítulo 9

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La oscuridad y tristeza del corazón de Lumine no se disipaba, habían pasado ya un mes desde su pérdida, ella ya no era la misma se volvió callada, sin deseos de seguir viviendo, nada la motivaba a salir de la cama, solo quería dormir y llorar.

Childe, solo sufría por su lado en silencio, le dolía tanto verla así, sin embargo no era capaz de sacarla de ese estado, ya había intentado de todo pero era inútil. Baizhu le había dicho que fuera paciente con ella, pero su indiferencia lo estaba matando por dentro.

Paimon también estaba muy triste por su amiga, no quería hablarle, ni estar con ella, no salían de aventuras como antes, el brillo de Lumine se apagaba.

-Lumine... he pensado que hoy es un buen día para ir de paseo, ¿Que opinas?, hoy no trabajaré solo para estar a tu lado todo el día.

-Mmmm...

-Vamos, te hará bien salir de esta habitación.

Lumine no dijo nada a Childe y solo se volteó de espalda mientras se acomodaba para volver a dormir. Otra vez esa indiferencia y frialdad que lo estaba matando. El Heraldo solo suspiraba de tristeza, sentía que pedía a Lumine poco a poco.

Salió de la habitación, Paimon está en la puerta esperando a que Childe saliera y le diera por fin la buena noticia que Lumine aceptaba salir, pero lamentablemente era lo mismo de esos días, ella no quería nada.

La pequeña Hada muy triste regresó a su habitación, el Undécimo de los Heraldos de los Fatui, trataba de contentarla comprándole todos los dulces y comida que quisiera, sin embargo hasta Paimon estaba perdiendo el apetito.

Resignado Childe regresó a su despacho, mejor seguía trabajando para olvidar un poco lo triste de la situación que estaba viviendo.

Una vez ya en su escritorio no podía concentrase, el trabajo lo tenía acumulado, eran torres de contratos que firma y cosas por revisar, no tenía ánimos para hacerlo, en eso tocan a la puerta...

-Señor Nobile..¿puedo pasar?.

-Ahh?... si pasa Ekaterina ¿Que se te ofrece?.

-Señor, estamos retrasados con los procesos del Banco, quería saber ¿para cuando ya estarán listos?, disculpe si lo incómodo pero necesitamos mantener los procesos a tiempos para nuestros clientes.

-Ohh... perdona Ekaterina, tienes razón todo esto es mi culpa por estar pensando en otros asuntos personales.

-No se preocupe Señor, para eso estoy acá para apoyarlo con el trabajo del Banco.

-Gracias... por favor ¿puedes tráeme una taza de té?, lo necesito.

-Claro Señor Nolibe, compermiso.

La Fatui salió del despacho, Childe solo se quedó pensando un poco más, ¿que podía hacer con Lumine?, en eso recordó el plan que le había comentado al Maestro Zhongli, se le ocurrió que si quizás lo iniciaba a ejecutar, tal vez eso ayudaría a que su Amada Lumine regresara a él.

Ekaterina regresó para dejarle el té, coloco la tetera y la elegante taza en la mesita que siempre estaba asignada para eso, el Heraldo se puso un poco más animado, quizás su idea podía funcionar.

-Ekaterina, permíteme un momento. Necesito pedirte que hagas algo por mi.

-Dígame Señor.

Saco un pequeño mapa de Liyue en una hoja de papel, el cual tenía señaladas varias ubicaciones, debajo de esa hoja tenía otros papeles, eran varios documentos los que tenía en la mano. Ekaterina se sentó en las sillas que estaban frente de su escritorio.

El Destino nos Unió // CHILUMIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora