Despedida inoportuna

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Tu corazón dejó de latir
y el mío se fue contigo.

Siento que no respiro al
entender que no volveré a verte
jugar, reír, maullar y soñar.

Que no morderás de nuevo
mis piecitos al descansar.

Que la luna te acompañe si
deseas madrugar, y que
Dios te convierta en el ángel
más bonito de cuidar.

Áfono, la intensidad del silencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora