Me daba curiosidad lo que las personas pensaran de nosotros, estoy seguro que ambos nos veíamos muy normales en la calle, fue la primera vez que salimos, habíamos dejado a Derek en el aeropuerto para que fuera a ver a su familia y aprovechamos para ir a pasear un poco.
En esa salida se confirmó lo que había pensado por algunos instantes, el amor había crecido entre ambos, la posesividad que Duncan había mostrado conmigo en aquel McDonald's me lo confirmaba. Lo había quemado, no me cansaría de decirlo. Algunos de sus comportamientos eran parecidos a los míos, cada vez lo hundía más en el mismo agujero, aunque al mismo tiempo sentía como si yo saliera de uno. No sabía ni qué rayos pasaba y comenzaba a creer que hallarle sentido era inútil. Sería mejor dejar que las cosas fluyeran. Habían pasado días desde que no lo tocaba, no tenía la más mínima intención de forzarlo, ni de acelerar las cosas, había pasado un momento difícil y, aunque yo también lo resentí, él fue la persona que más sufrió por ello, así que dejarlo en paz y que sanara era la mejor opción.
Ese día pasó algo que no pensé que pasaría, se había sentado en mis piernas, lo cual fue suficiente para querer perder el control y poseerlo encima de mi escritorio, pero me recordaba que su espacio era importante, no lo había respetado antes, más ahora con su perdón las cosas eran distintas, necesitaba sentir que de verdad merecía haber sido perdonado y que no era tan mierda como me sentía. Pero sus ojos me lo pedían a gritos. Y pronto sus labios lo hicieron.
Me necesitaba. Joder, había logrado que me necesitara. Quería creer que inclusive de igual forma como yo lo necesitaba a él. Mis deseos se hicieron realidad y lo hice mío sobre el escritorio, jugué con él, junto a él, lo hice arquearse de placer, haciendo que esa fuera una de mis imágenes mentales favoritas. Hice que se corriera múltiples veces mientras mi nombre salía de sus labios una y otra vez. Era mío, más mío que de él mismo. Me pertenecía.
Me volvía loco, el libido en sus ojos no hacía más que hacer que mi lado egocéntrico creciera. Cuando tomó el control la locura me invadió, él quería esto, a él también le gustaba, ¿podría dejar de sentirme tan culpable? Supongo que eso nunca pasaría, pero al menos intentaría recompensarlo con lo que fuera, con lo que él quisiera. Yo también le pertenecía.
Por eso mismo le di más libertad, podía salir de la casa, entrar, hacer lo que quisiera, si quería irse a algún lugar podía hacerlo, mientras tuviera cuidado y mis hombres le cuidaran la espalda también podía ser libre, no quería que le sucediera nada, ahora era una persona preciada para mí, mucho más que la primera vez que lo tuve, ahora lo era más, había pasado más de un mes conmigo y en ese tiempo muchas cosas pasaron, estuvimos juntos en la mayoría, compartíamos cosas en común y eso lo hacía más mío, me hacía más de él, mucho más que antes.
Mi sentido de posesión y protección eran grandes, generalmente mis cosas eran MIS cosas y nadie tenía derecho a tocarlas sin mi permiso, las personas que me importaban también tenían la misma condición, eran intocables, yo las hacía intocables, las protegería a capa y espada para que nada les pasara, solo había pocas personas por las que yo daría la mano o un pie, ya que mi propia <<familia>> fue la que me enseñó a desconfiar de los demás y no darles tanta importancia. Por eso Duncan y Derek eran diferentes, Derek me había acompañado con lealtad desde que me conoció y Duncan, bueno, él ahora era mi amante, mi amigo, era mi amor...
En el momento que supe que habían seguido a Duncan rápidamente movilicé a mis hombres para que lo protegieran, incluso amenazándolos de muerte si algo le pasaba mientras estaba a su cuidado. Quería protegerlo, si pudiera lo guardaría en una bola de cristal para que nada le pasara, a decir verdad podía hacerlo, pero eso sería superar mi propia locura.
Por eso cuando desapareció supe que sería mi límite, Silik merecía la muerte sin lugar a dudas. Me encabroné tanto pensando en todo lo que ese hijo de puta podría hacerle, si me enojaba el hecho de haberlo lastimado yo, cuanto más me enojaría si alguien más lo hiciera, no quería ni pensarlo. No tenía idea de a dónde pudo haber ido con mi chico y ahora me lamentaba el no haberle puesto un maldito GPS en el culo a mi hermanastro. Sabía que era un maldito y que no dudaría en hacerme daño de cualquier forma que pudiera.
Me dolía el pecho, de la nada había comenzado a dolerme, ni siquiera cuando me enteré lo sentí, no tan fuerte como en ese momento, fue algo fuerte, algo desgarrador, inclusive me había traído recuerdos de cuando mi madre murió, por alguna extraña razón lo había recordado después de tanto tiempo, recordé justo lo que sentí cuando se fue. ¿Y si algo malo estaba pasando? Ahora tenía que agilizar todo, tenía que encontrarlo rápido, no podía dejarlo más tiempo en manos de Silik.
Me las pagaría, claro que lo haría.
.-.-.-.-.
N/A. ¡Hola lectores! Disculpen haber desaparecido tanto tiempo, pasaron unas cosas por aquí y por allá que me tuvieron muy agitada, ¿qué tal están? Espero que de maravilla.
Ahora me tendrán más al corriente con esta historia y con las que se vengan, gracias por seguir aquí. Los quiero.
Nos leemos en otro capítulo<3
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El Privilegio De Ser Tuyo | A.W.
Teen Fiction"Hay otra forma de pagar" Esa fue la frase que comenzó todo, cosas que nunca creí me pasarían en ésta miserable vida pasaron, lo conocí a él, mi mente gritaba que era mío, esos ojos, sus labios, su piel... Todo de él gritaba que me pertenecía. Pero...