2. Del cómo surgió nuestra historia, Biel.

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🍭 W E N D Y 🍭

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🍭 W E N D Y 🍭

Libre.

Al fin podía relajarme y descansar.

Una vez salí del salón de clases, pegué un brinquito a escondidas de todos. Con ese examen final, concluía satisfactoriamente otro semestre. No tenía de qué preocuparme, a diferencia de mis compañeros que atestaban los pasillos con lloriqueos y desesperación, yo cumplí con todas las investigaciones y proyectos del curso. Incluso hice tareas a pago para algunos, mis servicios no eran gratis. Palmeé la espalda de uno que otro amigo para darles ánimos mientras abandonaba el edificio.

Ya había aprobado, suspiré con alivio mientras me acomodaba los lentes y salía al campus arrastrando los pies pero con los hombros aligerados. Estaba agotada, pero me confortaba saber lo que me esperaba al llegar a casa: un baño caliente y maratón de Boys Over Flowers. Ya perdí la cuenta de las veces que la había repetido, pero esa vez había salido la versión tailandesa y yo necesitaba, no, moría por verla.

Un trueno retumbó en mis oídos, provocando que se me erizara la piel. Arrugué el ceño al mirar el cielo oscurecido, se aproximaba un aguacero y no traía paraguas. Tuve que correr hacia la parada para tomar el primer micro que llegara. Afortunadamente, mi línea apareció a los seis minutos. Justo a tiempo, ya que empezó a lloviznar y posterior a eso, la lluvia azotó las calles, sin piedad.

Tomé asiento y una vez acomodada, revisé los mensajes que estuve ignorando toda esa semana por los finales. Tenía acumulado más de ocho mil mensajes, en su mayoría de los grupos de Dorama y K-pop en los que estaba incluida. También tenía de mi madre donde me maldecía hasta el hartazgo para que le contestara las llamadas. Al final solo dejó un ultimátum con que no olvidara comer y dejara de gastar dinero en esas cosas de chinos que tanto me gustaba. Un amor la señora. Le mandé una foto de mi boleta de notas para que estuviera contenta por un tiempo. Al instante recibí un emoji de un "bien", más tres audios que no me molestaría en escuchar.

Seguí con los grupos de la universidad, Los Cachis, la Lectura Conjunta en la que me metí y que había olvidado por completo, ignoré a mi hermano pidiéndome dinero y el video que papá me envió sobre «Así lucen los actores de Pasión de Gavilanes en 2021, te sorprenderá el último»; leí los últimos mensajes que las chicas enviaron a nuestro grupo de chismes, donde avisaban que eran los peores días de sus vidas y que en cuanto todo terminara, nos iríamos a la Quinta del señor Ramiro, el tío de Yoli. Solo mandé un sticker y bloqueé todo.

Ahora sí, podía respirar. Todo iba bien por el momento. Ya no tenía más pendientes y solo me quedaba disfrutar de mis vacaciones.

Limpiaría luego, y ya vería el día en que me pasaría por la casa de mis padres. En ese entonces, solo deseaba llegar a mi cuarto y tirarme en mi cama para encolcharme y fangirlear con mis Dramas favoritos.

No sabía lo que me esperaba al llegar, ni lo que eso traería a mi vida.

El micro empezaba a llenarse cada vez más, hasta el punto de convertirse en un horno oloroso que rivalizaba con una lata de sardinas en ver cuán más apretados podíamos ir; parecía que el puntero lo llevábamos nosotros.

Corazones incompatibles | ONC2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora