Murenase Seton Gakuen: El uno para el otro

Capítulo 10: Mí Jin [parte 3]

El canguro se paraba algo adolorido por el impacto, pero el daño como esperaba el humano fue prácticamente mínimo y se le veía molestó, pero ahora le mostraría lo que hacía a los humanos los peores y a la vez mejores animales del mundo.

El canguro salto para darle un puñetazo como esperaba el chico, esté con una finta hizo como que iba a esquivarlo, pero el realidad se agachó para darle un gancho izquierdo a la mandíbula seguido de un jab para alejarlo, pero ahora venía lo difícil, debía recibir un golpe para que no sospeche y poder hacer lo que quería, pero para ello no debía moverse de su lugar actual ni recibir un golpe que lo aleje de donde quería llegar tras recibirlo.

Su oponente se lanzó al ataque nuevamente y el humano inclinando sus rodillas con movimientos de cadera además de usar sus manos para desviar sus golpes lograba desviar cada ataque que no le servía hasta que finalmente el que esperaba llegó.

"Sí lo recibo directamente me matará necesito que al momento del impacto ser yo quien se dispare para dar la impresión que me dio de lleno o de lo contrario me romperá el brazo"

Tal como pensó recibió el golpe y logró impulsarse con sus piernas a tiempo para no recibir el impacto de lleno haciendo que salga volando más por el impulso que por el impacto en sí estrellándose contra la pared y cayendo al suelo.

Al ver eso Hitomi junto a Ranka querían ir a ayudarle, pero Akarui las detuvo para sorpresa de ambas, las dos querían quejarse, pero al ver su rostro lleno de irá y preocupación al mirar sus manos con las que les corto el paso vieron que temblaban, era claro, ella era la que más deseaba con todo su ser detener esto, pero confiaba en su amigo por lo que aún sí no querían decidieron continuar viendo.

Yukari estaba impresionada, no se esperaba que el chico fuera tan rápido ni tan ágil, había logrado esquivar los ataques de un canguro rojo de segundo año, era sin duda algo que incluso entre algunos depredadores sería digno de respeto, pero aún así tenía miedo de ese último golpe. Estaba preocupada por su amigo, pero más miedo tenía de intervenir pues ella a pesar de que era muy fuerte no era alguien violenta o que supiera pelear por lo que deseaba en el fondo que alguna de sus compañeras interviniera, pero al igual que las demás al ver a la loba gris detenerlas decidió no hacer nada mientras que en sus pensamientos solamente pedía que Jin ganará pues a pesar de que pensaba que era algo pervertido le gustaba que a él le gustase su comida y quería probar las recetas que él quería mostrarle e incluso le gustaría tener la oportunidad de cocinar junto a él.

"Tú puedes Jin, vamos"

Pensó la koala con las manos juntas en oración cerrando los ojos.

"Jin por favor no te rindas, no quiero perderte"

Pensó dándole ánimos la humana cerrando los ojos algo asustada.

"¡Yo sé que él puede! ¡Él es fuerte! Sí, él me salvó, él es una buena persona y los buenos siempre ganan"

Pensó convencida de sus palabras la pequeña loba rosa que miraba algo ansiosa la pelea conteniendo su preocupación.

"Vamos Jin, hemos combatido peores cosas y en peores situaciones hemos estado, tienes un plan yo lo sé, pero sí falla puedes estar tranquilo porque entonces yo entraré, tú puedes, sé que puedes, confío en tí"

Pensó la loba gris con gran seguridad en sus palabras, tanto en que tenía un plan como en que ella estaría a tiempo para salvarle como siempre lo había hecho, cuando uno no podía más el otro siempre estaba allí para relevar lo después de todo, aunque tenía miedo por ese golpe que le dio sabía que no había impactado de lleno pues pudo ver como él disimuladamente había dado un salto para así en lugar de oponer resistencia dejarse llevar con el golpe además de incluso impulsarse unos segundos antes cosa mitigar aún más el golpe, pero no entendía porque quería recibirlo sí pudo esquivarlo, por culpa de eso chocó contra la pared en el mismo lugar que el rinoceronte en la mañana y entonces como una epifanía llegó a ella la razón otorgándole una sonrisa.