Capítulo 27: La vida, la pelea y la bestia [parte 1]

147 18 21
                                    

Un abrumador e inquebrantable silencio se había hecho presente en todo el lugar, absolutamente nadie decía una sola palabra, ni siquiera continuaban con sus almuerzos e intentaban evitar emitir cualquier tipo de sonido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un abrumador e inquebrantable silencio se había hecho presente en todo el lugar, absolutamente nadie decía una sola palabra, ni siquiera continuaban con sus almuerzos e intentaban evitar emitir cualquier tipo de sonido.

En esos instantes en los que sus labios chocaron un sensación tan dulce como electrizante y ferviente se hizo presente en sus cuerpos, el cálido tacto gentil a pesar del impacto los había dejado en shock, al darse cuenta de que pasó rápidamente comenzaron a sonrojarse y tras unos segundos una enorme descarga eléctrica recorrió sus cuerpos haciendo que recuperarán su movilidad y separándose al instante.

El hico rápidamente se levantó completamente rojo limpiándose la boca con el brazo y la hiena que al echarse para atrás cayó sentada encima de la mesa repetía la acción también completamente roja.

Jin: ¡Hiena estúpida! ¡¿Qué demonios pensabas?!

Yena: Maldición... No puedo creer que besará otro chico

 No puedo creer que besará otro chico

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jin: ...

Yena: ... ¿Qué?

Jin: Eres hembra...

Yena: ...

Jin: ...

Yena: ¡Repite eso, te reto! [volviendo a colocarse de pie en la mesa le amenaza alzando su puño molesta]

Jin: Dije que eres...

Antes de acabar comienza a sentir una feroz energía a su alrededor, era una indescriptible sensación que cubría por completo el lugar. Todos los animales comenzaron a temblar pudiendo sentir claramente como sus instintos les gritaban que debían huir de allí ya que desde la mesa donde se encontraba el humano se sentía una increíble sensación de sed de sangre que provenía de la mayoría de chicas presentes.

Incluso Yena por un momento se sorprendió y asustó un poco pues jamás había sentido tal presión con tan sólo unas simples miradas dirigidas a ella y al humano.

Jin podía sentir como lo que pasó en la mañana serían caricias comparado a lo que sufriría ahora sí no hacía algo así que cruzó miradas con la hiena que no sabía qué hacer pues ella jamás golpearía a una dama, pero tampoco quería dejar que la golpearán, pero cuando vio como el chico con gotas de sudor en su frente asintió de forma seria ella captando el mensaje asintió también con gotas de sudor y una mirada seria en su rostro.

Murenase Seton Gakuen: El uno para el otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora