Capítulo 11: Mí Jin [parte 4]

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El chico tras escuchar sus palabras sonrió y con mucha dificultad se pudo de pie tomando ahora para sorpresa de todos una postura abierta de frente, parecía no estar en guardia y simplemente aceptando su final cosa que alegró al canguro que sonrió de forma malévola.

Jin: ¡Ja! Sí crees que tus patadas son tan mortales o tienen una pequeña parte de la fuerza de tus antepasados entonces... [extiende sus brazos a los costados para recibir el impacto de lleno] ¡¡Aquí estoy para que lo compruebes!! Animal de mierda... [le terminó de decir con arrogancia mientras tenía sonrisa maliciosa]

El canguro se limitó a rechinar los dientes harto de la actitud del humano en un movimiento uso la cola para sostenerse preparando el impulso para darle una poderosa patada doble que en lugar de simplemente lastimarlo o romperle las costillas iba destinada a matarlo en el acto.

Canguro: ¡¡Despídete humano!!

Dio una poderosa patada que incluso creo una gran ráfaga de viento por la fuerza que poseía, pero en una pelea la fuerza no siempre lo es todo.

Todos presentes incluso Akarui quedaron con la boca abierta ante el asombro, pero no eran los únicos pues Chroe que se había acercado la ventana para apreciar mejor el momento junto a los dos burros que le acompañaban también se encontraban atónitos ante lo presenciado pues miraban incrédulos lo ocurrido.

Jin se encontraba de costado entre ambas piernas del animal que había fallado y antes que el animal que también quedó en shock al haber fallado saliera de su transe el humano le tomó de ambas piernas cabizbajo.

Jin: Cuando los humanos estamos en situaciones de estrés, miedo o en un gran peligro... Activamos nuestro único método defensivo que también sirve para atacar... [los canguros, la koala, la pequeña loba e incluso Hitomi le miraban confundidos] una descarga de adrenalina... [sujetando con gran fuerza las piernas del canguro] nos permite superar nuestros límites para sobrevivir... [completamente atónitos miran como el chico comenzó a girar lentamente sosteniendo al confundido canguro que intentaba liberarse, pero estaba muy cansado] un inhibidor natural del dolor, del cansancio... [comienza a girar a mayor velocidad] ¿A eso le llamas patada? Qué mierda eres... La cebra a la que encaré ayer... ¡¡¡Era mucho mejor que tú!!! [girándolo a gran velocidad lo termina de tirar contra la pared haciendo que se azote contra la misma y caiga sentado apoyado en esta] ¡¡Tus patadas son una burla para cada animal que use sus piernas para atacar!! Tú cola, tus patas, tú fuerza y potencia... [le apunta con una mirada furiosa] ¡¡Le diste la espalda a todo por imitar a los humanos!! Pero te diré una cosa, por años, siglos, los humanos hemos invitado a los animales, han sido nuestra fuerza, nuestro deseo de superación, en artes marciales, en inventos, el humano desde tiempos inmemoriales ha encontrado inspiración en los animales ¡¡Y que un estúpido como tú lo venga a menos preciar es patético!!

Canguro: [levantándose con dificultad] cállate... Humano... No... No eres nada para vencerme...

Jin: Seguirás con esa mierda... Bien, que así sea {aún puedo... Solo... Solo un poco más por favor... Solo un... Poco más... Resiste...} ¡Adelante!

Como sí del sonido de la campana marcando el inicio del último round se tratase tras su exclamación el canguro le atacó una vez más dispuesto a mostrar la fuerza de sus patadas una vez más, cosa que el aprovechó pues en el momento que se paró en su cola rápidamente arrojó la piedra que había tomado y el animal por esquivarlo perdió el equilibrio cayendo. El chico rápidamente corrió hacia la pared donde había chocado, la misma con la que chocó él y la misma en la que el rinoceronte se había estampado para agacharse, el canguro a sabiendas que recogería más trozos para tirarle rápidamente se paró y se acercó para pegarle una patada doble mientras se ponía de pie, pero sin mirar tras de sí Jin sonrió para dar un salto al costado haciendo que la patada impacte de lleno contra la pared que ya había recibido tantos impactos que cedió dejando enterrado en está las patas del animal que no podía zafarse.

Murenase Seton Gakuen: El uno para el otroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora