Los sirvientes se inclinaron ante el a modo de despedida aquella noche de día santo, Deidara se sentía incómodo de quedar completamente solo en su casa aquel día junto a su esposo, viendo todo lo que había estado ocurriendo en esa ciudad, sin embargo los sirvientes que tan dedicada mente habían trabajado para el tenían derecho a descansar ese par de días y los que iban a suplirnos no vendrían hasta el día siguiente, ese año 1848 había sido particularmente desastroso para él y para los suyos, ser un doncel era difícil, tuvo suerte de tener una familia amorosa, encontrar un buen marido y tener estabilidad, pero la mayoría de los donceles solían verse repudiados o arrojados a las calles, por su puesto las cosas habían cambiado para mejor, en siglos pasados el trato hacia los donceles, un género nuevo de hombres que podían quedarse embarazados, había sido poco más que desmesurado, recién estaban siendo aceptados, mas como mujeres que como hombres pues no tenían derecho a votar y eran enteramente relegados a las labores del hogar, pero bueno. Era mejor que ser simples esclavos sexuales sin ningún derecho.
No obstante aun había extremistas, que defendían la sagrada unión entre las mujeres y los hombres mientras satanizaban la sola existencia de los donceles, sostenían su tesis y la razón de sus actos en el hecho de que Eva comió el fruto del conocimiento del bien y el mal, el fruto prohibido en otras palabras, y luego tentó a adán para que él lo comiera también, por tanto la mujer era corrupta y una mensajera del diablo mientras el hombre era una pobre víctima de sus tentaciones, ahí entran los donceles, hombres que se pueden embarazar, una habilidad propia de las mujeres, se tradujo la existencia de los donceles a hombres impuros manchados por el pecado, al menos Eva fue creada por dios ¿pero quién creo a los donceles?, no podían ser hombres, tenían una contextura delgada, eran relativamente lampiños en cuanto a vello corporal, podían quedar embarazados por un agujero antinatural, sus rasgos eran demasiado finos, tampoco eran completamente mujeres, no tenían tan marcada su figura, no tenían senos, siendo así ¿entonces que eran? Probablemente mensajeros del demonio, hombres con la capacidad de seducir sexualmente a otros y multiplicarse teniendo más mensajeros del demonio.
Había que deshacerse de los mensajeros del demonio que corrompen a los hombres...
Bajo esa primicia había comenzado una despiadada cacería bárbara propia de siglos pasados, de la época de la inquisición y las autoridades difícilmente daban abasto para detener todo, noche tras noche había hombres que se metían a los hogares de donceles y los martirizaban antes de matarlos, los empalaban o los colgaban a un árbol y los golpeaban con palos hasta matarlos, los enterraban en el suelo y los apedreaban, los violaban, torturaban, asesinaban a las familias que los protegían por ser seguidores del diablo, por tanto, el miedo de Deidara estaba apropiadamente justificado, dios santo, ni si quiera a los negros les hacían tanto daño, pues en el caso de la cacería de donceles era algo que hacían porque creían era el mandato divino.
— ¿Qué te ocurre querido? — Deidara salió de sus pensamientos para levantar la mirada y ver a su marido, se estaba sacando la levita negra del traje, a Deidara todavía lo enamoraba ver la forma en la que la silueta de Itachi se acentuaba gracias al cuello almidonado rígido de la camisa, una de las cosas que más le atrajo de él, fue su elegante forma de vestir, lo otro, era que Itachi siempre había sido un caballero.
—Nada en lo absoluto querido esposo, solo siento un mal augurio pero probablemente sean mis nervios — explico Deidara poniéndose de pie del sillón en el que había estado sentado frente a la chimenea, se sentía tan preocupado que incluso se sentía ahogado con su propio vestido de algodón.
—mis señores — ambos voltearon a mirar a su criada, la nana encargada de cuidar a su hija, quien se hallaba inclinándose hacia ellos — la criatura se ha dormido así que pido permiso para retirarme.
—Claro que si señorita Konan — Deidara se acercó a Konan y le sostuvo ambas manos — ten un maravilloso descanso.
—Igualmente señores — Konan volvió a inclinarse — que las bendiciones estén con ustedes...
ESTÁS LEYENDO
NightMare Sasunaru
Fanfictioncuando las ventanas se cierran y las luces apagan, él silencio nocturno libera sombras y ecos del pasado, la casa de en sueño puede convertirse en una pesadilla.... te mostrare una dulce pesadilla...la próxima noche ...