pesadilla cuarta: hilos de marioneta

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Días después...

La soledad se apoderó de su cuerpo entumecido por el sueño, aun en el letargo sintió la falta de su pareja, Naruto, volteó lentamente hacia su lado izquierdo y estiró la mano para abrazarlo, rodeó la que consideraba la cintura del doncel quien al parecer, según alcanzaba a detallar basándose en su tacto teniendo aún los ojos cerrados, estaba acostado boca arriba, le extrañó tal posición tan tranquila en el adolescente, Naruto siempre dormía en posiciones que podrían convertirse fácilmente de ser vistas en posturas de yoga, lo atrajo hacia él y fue entonces que notó dos cosas fuera de lo común, la primera, la circunferencia de la cintura era más ancha que la de Naruto, esta no encajaba bien en su abrazo, la segunda, el cuerpo fue más complejo de arrastrar hacia sí que por lo general, por milésimas de segundo temió que al abrir los ojos viera por fin cara a cara a aquello que hacía unas noches había estado en el lugar de Naruto, haciéndose pasar por él, aquella cosa más fría que un témpano de hielo. Pese a sus temores y el predicamento que poseía, valiente como él solo y manteniendo la compostura que le caracterizaba abrió los ojos...ahí delante suyo, a aproximadamente veinte centímetros de su cara, estaba Sai con su fastidioso rostro burlesco, una sonrisa de oreja a oreja y unos ojos que gritaban "¡caíste!" a todas voces. Sasuke solo consiguió darle un puñetazo para quitarle la cara de idiota de su hermano adoptivo. Pero el muy desgraciado siguió riendo.

— ¡un poco más y me besas! — exclamó Sai entre risas, acostado boca arriba en la cama, cubierto por la manta hasta la mitad del cuerpo, con una mano en el estómago mientras la otra estaba en su cara, en la mejilla donde había recibido el golpe, Sasuke se sentó en la cama de mal genio, vaya despertar.

—  ¡lo tengo todo! — Sasuke volteo para ver que Naruto estaba ahí sentado del otro lado de la cama con el celular en mano, vestía su ancha pijama de dormir y reía a carcajadas.

—  fue mala idea juntarlos a ustedes dos — se quejó Sasuke levantándose de la cama y estirándose, Naruto y Sai veían el video, Sasuke no se quejaria, ya sabía que esos dos terminarían por enviarlo a todos sus conocidos allegados, miro el reloj y se sorprendió, eran las cuatro de la madrugada, volteo sorprendido, ¿Qué hacía Sai ahí tan temprano? Bueno, hoy era su día de cuidar a Naruto, normalmente se turnaba con Kakashi cuando este último tenía algún trabajo por el cual debía ir a la empresa, sin embargo esto no explicaba qué hacía su hermano a las cuatro de la mañana, en la cama que compartía con su esposo, acostado en medio de ambos — Sai... — le llamó.

—  ¿que...? — respondió el aludido tecleando cosas en su celular con Naruto al lado haciendo lo mismo, tal parece que estaban enviando el video recién grabado.

—  son las cuatro de la madrugada — dijo Sasuke de pie de su lado de la cama, cruzó los brazos y levantó un poco la mirada, como si estuviera regañando a un niño travieso.

—  cuatro quince, mira el reloj — sin despegar sus ojos de su celular Sai le respondió malentendiendo de una forma obviamente intencional la pregunta de Sasuke, Naruto se fijó en ellos, sabía que pronto la ola iba a estallar, y él estaba en primera fila.

—  No te pregunte eso — Sasuke frunció el ceño, el más pálido, Sai, se vio enormemente tentado a acabar con la paciencia de su hermano mayor adoptivo con alguna broma de mal gusto pero lastimosamente esta vez no lo haría, Naruto también lamento esto, rara vez se veía a Sasuke fuera de sus casillas y el más capaz de provocar ese estado en su marido, alguien tan serio y tranquilo, era Sai. Y la relación unilateral de "me gusta joderte la vida" que ambos mantenían.

—  vine más temprano para que pudieras salir a trotar —Sai guardó el celular en su bolsillo luego de mandarle el video a algunos amigos que el azabache amargado y el poseían en común, la mayoría estaban dormidos todavía o al menos eso parecía, pues ninguno había visto el video — mi cuñadito me abrió la puerta y como no te veíamos con intenciones de despertar decidimos seguir durmiendo.

NightMare SasunaruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora