03 - Las casualidades no existen

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Capítulo 3

Cerré mi libreta y froté mi frente, el estrés y cansancio ya se estaban haciendo cada vez más notorios en mi rostro. Tanto trabajo pendiente estaba matándome, llevaba más de tres días sin salir de mi oficina, ya extrañaba mi casa. Para las únicas cosas por las cuales dejaba la oficina eran la universidad y mis terapias.

Una tos dolorosa y seca escapó de mi boca y eso hizo que me frustrara aún más, estaba en un estado muy grave de estrés y mi salud física ya se estaba viendo afectada por el gran cambio de clima. Agradecía que Charles viniera por las noches y me trajera lo necesario para sobrevivir; necesitaba más abrigos con esta lluvia helada.

Observé el reloj y para mi suerte no faltaba mucho para que todos los empleados se fueran y que Charles llegara con cualquier comida casera que hiciera valer cada jodido esfuerzo. Realmente apreciaba todo el amor que él le ponía a las cosas que hacía para mi, su atención y cariño me hacen sentir protegida y de una buena manera.

Abrí mis ojos de par en par y noté que me había dormido encima de todos mis papeles.

¡mierda!

- ¿Señorita Walker?

- ¡Asgh! - froté mis ojos e intenté arreglar mi cabello, también sequé la baba que cayó sobre mi mejilla -. Fin, no digas nada de esto.

Una risita escapó de sus labios y lo miré - Bien, gran parte de los empleados han salido de aquí, ¿necesita algo?

- Oh, bien. No necesito nada, gracias por preguntar, Fin.

Asintió pero antes de irse, volteó a verme otra vez - Ah, y, señorita Walker, no quiero llenarla con más estrés del que ya tiene pero...

Intenté ahogar mi bostezo pero eso hizo que vinieran más y más. Levanté mi mano para que él dejara de hablar - Ve y descansa, si hay reuniones déjamelas en la agenda.

- Bien, descanse.

- Gracias.

Froté mi rostro y me puse de pié para caminar hacia el baño, necesitaba estar bonita o por lo menos algo presentable para cuando llegara Charles. Salí de la oficina y pasaba por todos los escritorios cuando la figura de Charles con un ramo de rosas blancas apareció frente a mi. En un movimiento rápido intenté arreglar mi cabello pero fué un intento fallido y comencé a alterarme.

- ¡Estúpido cabello!

- Hey, hey - se acercó a mi y acarició mi rostro -, ya cálmese, señorita.

Sonreí - Ha sido un día cansador.

- Como todos los que vives, cariño, no hace falta que te disculpes por estar cansada, es normal - besó mi frente y luego se separó para extender el ramo de rosas -. No fueron sencillas de encontrar pero aquí están.

Tragué grueso al prestar más atención a las rosas blancas.

Pacalí.

Sacudí mi cabeza y lo miré - Son... hermosas.

- ¿Verdad? - respondió entusiasmado -. Hubieron días en los que mencionabas rosas blancas mientras dormías y, este fué mi obsequio - se encogió de hombros y luego su rostro se llenó de pena -. Amm... espero no hayan sido pesadillas porque si fué así soy el peor novio del mundo.

Carcajeé y lo abracé - Gracias, la intención cuenta.

Su aliento caliente chocó con mi cuello y sus brazos me abrazaron más fuerte.

- Si eran pesadillas, ¿no?

- Sí - reí nerviosa.

- lo siento.

Fuera de nosotros mismos ✔ | (+18)  #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora