Fuera de nosotros mismos ✔ | (+18) #2

13 - dulces mentiras

Dalter Jones

Mi mente no ha dejado de maquinar un millón de pensamientos a la vez, mi tranquilidad estaba por los suelos y más abajo; haciendo que mi enojo suba hasta el espacio. Por mi mente solo pasaban ganas de romper cualquier cosa con la que me cruzaba por la cabaña. Mientras tanto, Eider tomaba un baño con agua caliente en nuestra habitación.

<< Que bien suena decirlo asi, ¿verdad?>>

"Nuestra" habitación.

Me quité el saco mientras caminaba hacia el sofá, me serví un vaso de wisky y tomé asiento. Mi camisa negra se pegaba al cuerpo, mi cabello desarmado para todos lados y secado de mala manera luego de la ducha que me había pegado intentando quitarme la rabia.

- ¡Dios! - exclamé al sentir el fuerte sabor del wisky y disfrutarlo luego de tanto tiempo. Me encontraba nuevamente en mi cabaña, el calor de las velas era extremadamente satisfactorio y saber que tenía a mi pequeña Pacalí luego de tanto tiempo, era aún más satisfactorio.

Mi pelea con su padre por querer tenerla iba más allá de mis sentimientos y era algo que ya había trabajado en comprender durante el tiempo que he estado lejos de ella. Se trataba solamente de obsesión, una obsesión enferma. Sabía que ella también la tenía, pero eso ya no se notaba debido a que ella se había encerrado en su mundo de mujer normal durante todo este tiempo.

Yo aún quería matarla. Yo aún quería que ella fuera completamente mía y cuidarla del mundo, aún más del enfermo de su padre. Sabía que su madre había sido aún peor, pero su padre seguía con vida y mi plan nunca había sido ese. Para que todo fuera acorde al plan, tenía que traer lejos a Eider otra vez, evitar que siga fingiendo ser lo que no es. Que vuelva a encontrarse y sea la bestia defectuosa que era.

Esa bestia que me enloquecía hasta los huesos.

Tenerla encerrada iba a ayudarme, aislarla del mundo por un tiempo. Sabía que tarde o temprano su padre nos encontraría, pero para ese entonces ella ya estaría domada y nuevamente de la mano de su segunda y terriblemente peligrosa personalidad. Aquel lado de Eider que solo yo y su padre conocíamos bien, ese lado del cual ella ha intentado amigarse pero que siempre sobre pasará los límites. Porque no es ella, es otra persona dentro de ella. Pero es justamente lo que necesitaba para deshacerme de su padre.

Dí un trago más a mi wisky y continué pensando. Pensaba en lo que haría si estuviera cerca de perderla otra vez, ya no tendría que pasar. Estábamos destinados a estar juntos, a amarnos de la forma más loca posible, de la más enferma. Ya había puesto mis jodidos ojos en ella y me prometí no quitarlos nunca; incluso si tuviera que someterla para siempre.

Ella ha olvidado de lo que yo soy capáz, he mantenido la calma durante el viaje y durante mi estadía en New York; me mantuve al margen al igual que ella. Pero ahora realmente comenzaba la caza.

Su padre nos buscaría, junto a su gente. Tendremos que unirnos al juego y hacer los movimientos más despiadados de nuestras vidas. Dejar correr sangre inocente si es necesario. Tendríamos que volver a nuestra verdadera naturaleza.

Mi rostro serio e inexpresivo demostraba que mi verdadera personalidad estaba devuelta, ya me encontraba sin la necesidad de fingir nada. Solo me tocaba esperar a que Eider estuviera igual, aunque sabía que tomaría tiempo.

Oí las pisadas en las escaleras y guié mi vista hacia ella sin expresión alguna, sin darle tanta importancia. Sin embargo, esto fué diferente al verla con aquel vestido negro de mangas largas y cuello largo. Se veía tan jodidamente sensual. Sus ojos celestes brillaban más, su cabello estaba en una coleta. Sus cejas estaban a la vista y la hacían ver más demandante.