Capítulo 30: Ups.

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Josh.

—Entonces cásate conmigo.—suelto sin dudarlo.

Dos pares de ojos llorosos me miran con sorpresa desde el suelo. 

¿Cómo llegue aquí? Es una historia bastante sencilla y aburrida en realidad.

Ayer me quede hasta tarde en el departamento de Santiago, no pude dormir mucho cuando llegue a casa y siguiendo mi propio consejo que le di a Rick me puse a escuchar música triste a todo volumen la mitad de mi día.

Hasta que una llamada de Alex me interrumpió.

Me dijo que se le había pinchado una llanta camino al hotel de la boda de Chloe y que necesitaba que la llevara, intente negarme, pero insistió diciéndome que no pasaba ningún taxi y que no había uber disponible por la hora.

No quería ir, pero finalmente cedí porque se me dificulta negarle un favor a una buena amiga.

Así que como todo un masoquista, me puse de pie, me coloque unos vaqueros con sudadera blanca porque seguía en bóxer y fui a llevarla a la boda de la mujer que quiero con otro hombre.

La deje en el lugar y me dio las gracias mil veces, fui a comprar cervezas para mí y cuando estaba por llegar a mi departamento para seguir con la tristeza, me di cuenta de que Alex se había dejado su bolso y el velo.

Me planteé no llevárselo, pero al final decidí que podía dejárselo a alguien de la entrada, solo que nadie me hizo caso. Sintiéndome como un maldito raro, abrí el bolso de Alex y saque su invitación para mostrarla, así logre que me dijeran cuál es la habitación de la novia y me dejaran pasar.

Llegue al piso correcto y vi a un chico, le pedí que se lo llevara y me exigió dinero a cambio. Saque mi cartera, solamente traía un dólar en efectivo. Se rio de mí y se fue.

Con un nudo en el estómago me acerque a la puerta entreabierta rogando porque alguien más me abriera cuando la escuche sollozar mientras decía "no me quiero casar".

Me quede como el chismoso hombre esperanzado que soy escuchando toda la conversación.

Y así llegue al punto en que me encuentro en este momento, pidiéndole a la chica que ayer me hizo daño que se case conmigo.

—¿Eh?—logra articular sin salir de su sorpresa.

—Que te cases conmigo.

—Josh, ¿Estás ebrio?—me pregunta mientras se levantan del piso.

—En realidad es una buena idea.—interviene Alex.

Tiene su cara toda roja, rimel corrido por sus mejillas y no trae sus gafas. Y la muy maldita aun así luce perfecta.

—Ustedes dos se han vuelto locos.—responde limpiándose las lágrimas secas.

—Piénsalo, te escuché decir que no lo quieres, que estás confundida respecto a mí y en eso estamos en el mismo punto.—miento, pues yo no podría estar más convencido de lo que siento por ella, incluso se lo dije.

—Pues que metiche.—murmura avergonzada.

—No dije que no lo fuera- menciono encogiéndome en hombros- Chloe, conmigo tu vida no tendría que cambiar, seguirías haciendo lo que se te dé tu regalada gana, si es ser tatuadora tengo mucho espacio en blanco en el cual dibujes, si te aburres y quieres ser dentista tengo muelas que me puedas sacar... En realidad en cualquier cosa te apoyaría y sería tu fan número uno por tratarse de ti.

Entreabre sus labios parpadeando continuamente.

—Eso fue tan dulce y raro al mismo tiempo.—comenta Alex.

Mi complemento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora