Capítulo 27: Invitados.

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Josh.

El proceso de cambiar el menú va lento, pero seguro. Probamos con varios platillos descubriendo cuáles gustaban y cuáles no. La mayoría necesita un proceso de realización más difícil. Vale la pena cuando veo el resultado.

Hay comidas de diferentes países que aprendí a cocinar cuando estuve de visita, muchos no los pude ni intentar porque requieren ingredientes que no son sencillos de conseguir en este país. Alex quiere que sigamos probando o le demos una segunda oportunidad a los que no funcionaron antes de mandar a hacer de nuevo todos los menús.

Aunque eso no es lo que más me entusiasma de mi trabajo en estos momentos.

Es ver a Chloe lo que me pone nervioso y emocionado al mismo tiempo.

Si llega con la idea de que eso fue solo cosa de ese día, estoy dispuesto a hacerla cambiar de opinión. 

Si es a besos mucho mejor.

Reviso el reloj de la cocina como por quinta vez en lo que va del día, Chloe suele ser la más puntual de todos nosotros y hoy lleva treinta minutos de retraso.

—Alex, ¿Chloe no va a venir?—pregunto cuando ya ha pasado una hora.

—No, me mando un mensaje diciendo que se había enfermado y que por lo tanto, no iba a poder venir.—responde mientras espera su orden.

—¿Está bien? Es decir sé que está enferma, pero ¿Es grave?

Se queda en silencio por unos segundos y cuando levanto la vista del plato que estaba acomodando me mira con una sonrisa y sus ojos entrecerrados.

—Te gusta ¿Verdad?

Confío mucho en Alex, pero ella es su mejor amiga, y si alguien va a decírselo voy a ser yo. Así que solo sonrío y me encojo de hombros.

—Orden lista.

Pasamos el resto del día entre nosotros dos porque desde que Liam se fue, ella se ha negado a buscar un nuevo mesero. Dice que si alguien llega a pedirle trabajo se lo daría, pero que no va a buscar a nadie.

Cuando ya he dejado todo en orden en la cocina, salgo a ayudarle con las mesas porque sé que es mucho trabajo para una sola persona.

—Hola.—saluda la voz de Chloe desde la entrada.

La viene acompañando el tal Jacob y siento como los celos se instalan en mi. Nos sonríe, pero sus ojos no brillan, se ven apagados.

—Hola, ¿Cómo te sientes?

—Bien, ya me siento mejor. ¿Podemos hablar los tres en la cocina?-pide.

Alex y yo asentimos con precaución, cuando Jacob nos sigue Alex lo detiene con una mano.

—Exclusivamente personal autorizado, lo siento.

Jacob le lanza un bufido y sin decir nada se deja caer en un banquillo de la barra, luce cansado y tiene unas ojeras inmensas.

Llegados en la cocina no paso por alto la manera en que Chloe se pierde un momento con la vista fija en la mesa donde nos besamos, pero se sacude la cabeza como saliendo de un trance.

Tengo miedo.

—¿Todo bien, rubia?

—Sí... Rubio.—responde de inmediato.

—¿Por qué tu hermano viene contigo?

—¿Es tu hermano?—cuestiono totalmente sorprendido.

Honestamente, esa teoría ni siquiera me había cruzado por la cabeza porque no se parecen en lo más mínimo. Además de que la manera en la que le habla no es como en una pelea normal de hermanos.

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