Lunes al mediodía.
Chu Wanning se tambaleó hasta su puerta y revolvió todo dentro de su bolso hasta encontrar las llaves.
Precipitándose al interior, Chu Wanning arrojó todo en el sofá y se sentó a un lado, observando la impresión en sus manos.
Últimamente se había sentido mareado y con vómitos, también un poco más aletargado de lo usual. Cuando salió del consultorio no creyó jamás que sería porque estaba en cinta.
Estaba esperando a un futuro niño o niña.
Chu Wanning se llevó una mano a su vientre y lo acarició con extrema suavidad. Todavía sin poder procesarlo del todo.
Una sonrisa pequeña, pero repleta de amor se dibujó en sus labios hasta llegar a sus ojos, ya iluminados radiantemente.
El deseo de tener un bebé lo había estado persiguiendo entre la humareda de lo que guardaba profundamente su corazón. Al final, fue en su primera vez que quedó embarazado. Y para sumar aquello, de aquel joven...
Adentrándose en sus pensamientos, Chu Wanning recordó fragmentos del pasado.
✿
Tenía tan solo dieciocho años cuando se quedó sin nada. Su padre adoptivo lo había mandado a la calle sin un centavo. Sus ojos al mirarlo por última vez fueron indiferentes y parecía haber vislumbrado un ápice de vergüenza y decepción en lo más hondo de esos charcos oscuros.
¿De verdad su error fue tan grande que tuvo que sufrir tal desprecio?
Parecía que su padre soportó el hecho de que era omega, pero no el de que no quería seguir el camino que había planeado con tanto cuidado.
Fue echado como una basura. No tenía amigos ni otros familiares, ni siquiera contactos. Los meses subsiguientes fueron un calvario. Vagaba por las calles y los hogares transitorios siendo rechazado en cada puesto de trabajo al que se había ofrecido. No sabía si era por su cuerpo desaliñado, o porque simplemente era demasiado joven. No importaba.
Todo dejó de importar. Si dormía en la cama de un albergue o en el piso de un callejón ya no tenía importancia. Si comía o moría de hambre ya no importaba. Si mañana ya no abriera los ojos, si mañana su corazón ya no latiera sería lo mejor. No valía nada. Era solo un desecho.
Fue en una noche particularmente helada, con una ventisca que arrasó la ciudad, donde los conoció.
Desde la otra punta de la calle, una joven pareja caminaba hacia donde él se encontraba. No pasaron de largo como lo haría cualquier persona común, ellos en realidad se detuvieron justo donde él estaba.
Cuando Chu Wanning levantó la cabeza, la pareja abrió los ojos como platos.
"Oh, dios mío", la mujer murmuró. Su voz sonaba impactada y dolida.
Ni un segundo después, el hombre se quitó el abrigo y lo colocó sobre el diminuto cuerpo tembloroso de Chu Wanning. La mujer sacó su bufanda y la envolvió sobre el cuello de Chu Wanning.
Chu Wanning se conmocionó. No tenía palabras. Ni siquiera tenía la fuerza para abrir la boca o quitar esas prendas de cuerpo.
Había olvidado hacía tiempo lo que era sentirse caliente.
Sin decir nada, el hombre y la mujer ayudaron al joven a levantarse.
"Vendrás con nosotros a casa, cariño. Estás a salvo ahora".
![](https://img.wattpad.com/cover/301054623-288-k319932.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Brisa del Haitang me Trajo un Cálido Hogar
FanfictionEl enredo de una noche de celo trajo consecuencias. Chu Wanning no está dispuesto a decir la verdad, pero no puede apartarse de la calidez de Mo Ran. Solo un poquito más de tiempo, es lo que trató de decirse a sí mismo. Mo Ran es atento y cuidadoso...