Capitulo 5

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Cinco años antes 

Julia

Sentí el motor del auto apagarse cuando una mano me zarandeo levemente el hombro.- Ya llegamos.- dijo Melissa. Entreabrí los ojos y vi por la ventanilla, el sol a penas era visible y la noche estaba casi sobre nosotras. Luego de estirarme y restregar mi cara contra mis manos para quitarme un poco la fatiga del viaje, salí y comencé a ayudar a mi quejosa hermana a descargar las cajas  que contenían todas mis pertenencias. Una vez dentro del lobi del edificio me acerque a un diminuto tablero con un botón rojo que imagino era para pedir el elevador, no tardo demasiado en llegar. Cuando las puertas se abrieron nuevamente dieron lugar a un largo pasillo, salimos en busca del apartamento 4B. Llegada la hora de partida y habiendo dejado todo en su lugar acompañé a mi hermana a la salida y me despedí con un corto abrazo, no era que no la quisiera, pero confíen en mi cuando digo que esa mujer no era una persona de demostraciones afectivas, siempre iba seria y distante y jamás me decía un TE QUIERO, ni siquiera en mis cumpleaños.

Cerca de las 9 PM terminé de desempacar mi ultima caja, me sentía super cansada pero aun así tenia mucha hambre y como era mi primer noche en aquel lugar mi nevera estaba tan vacía como el desierto del Sahara. Me tomo un momento juntar la voluntad suficiente para levantarme y mover mi culo por el living para coger mi cartera y llaves e ir en busca de alguna tienda o puesto de comida. Estaba doblando el pasillo cuando me tope con algo duro y enorme, no paso mucho cuando me di cuenta de quera un muchacho, era EL MUCHACHO, era alto y tenia sus ojos puestos en los míos, tenían un color verde casi transparente y sus labios eran tan apetecibles, tenían la forma perfecta y no iban solos sino acompañados de una sonrisa que podía hipnotizar a cualquier chica en el mundo. Su pelo era de un negro intenso y algo revoltoso, como si hubiera liderado una batalla con el peine, a cualquier otro chico tal vez esto le hubiera otorgado una imagen desalineada pero a él... en él todo combinaba a la perfección. Unos minutos después de haberle hecho prácticamente una radiografía me di cuenta de que había dicho algo, pero estaba tan embobada que no escuché.-Dis-disculpa ¿Qué dijiste?.- Maldita sea! Deja de tartamudear estúpida dijo mi voz interna.- Que deberías fijarte por donde caminas, podrías haber lastimado mis sexys abdominales y podría denunciarte por atentar contra mi belleza.- lo mire con el ceño fruncido y mis mejillas se encendieron al rojo vivo de la ira, me estaba tomando el pelo.- Si, claro.- solté con un tono sarcástico. Enarco una ceja y dejo escapar una pequeña risa maliciosa.- Me quedaría hablando contigo si no fuera porque tengo cosas muchos más interesantes que hacer con mi tiempo, adiós.- giré sobre mis talones y me dirijí nuevamente al elevador.- Ey ¡Espera! No te vayas, solo bromeaba- Lo escuche detrás de mí pero ni me inmute.

Estaba por entrar en el ascensor cuando alguien sujeto mi mano y me retuvo.- Espera, por favor.- Por dios, este chico si que no se da por vencido.- ¿Qué quieres?.- dije mirando a esos bellos ojos que conseguían ponerme nerviosa.- Presentarme,  empezamos con el pie izquierdo. Mi nombre es Alex soy tu vecino vivo en el 4C.- hice una seña para que continuara.- Escucha solo estaba bromeando antes, pensé que sería una buena forma de romper el hielo, siento si fui grosero ¿Podemos comenzar de nuevo?.- Una extraña sensación comenzó a golpear a mi estomago y ahí recordé que con todo esto del encuentro con Mr. ojos increíbles no había cenado aún. Está bien, pero si quieres compensármelo deberás hacer algo por mí.- Me miró con intriga.- Soy nueva aquí y todavía no conozco el lugar y muero de hambre así que... ¿Podrías ser mi guía y decirme donde puedo comprar algo decente para cenar?.- Su rostro se relajo como si estuviera aliviado y me dedico una sutil sonrisa.- Claro que seré tu guía, sígueme-.

...

Nos encontrábamos a varias calles de donde vivíamos cuando Alex señalo hacia adelante donde se encontraba un no muy grande y pintoresco restaurante, todo gritaba calidez en ese lugar, desde la chimenea que estaba encendida en una esquina algo escondida, hasta las mesas con sus manteles a cuadritos, y lo mejor de todo es que era Italiano. Aquí les va un pequeño detalle, yo amo la comida italiana.

-Gracias- le tendí una mano para que la estrechara pero no lo hizo, dudó un momento antes de acercarse y depositar un suave beso en mi mejilla, por un momento pude embriagarme de su fragancia, olía a tabaco y chocolate, antes de volver a la realidad.- Por nada mmm...- Lo vi expectante cuando caí en que jamás le había dicho mi nombre.- Julia.-  Pues por nada entonces Julia.- Oírlo decir mi nombre hizo que un escalofrió recorriera mi espalda.- Espero que disfrutes la cena y ya sabes, si necesitas algo o simplemente quieres pasar el rato eres bienvenida en mi apartamento.-  Con eso se despidió y fue calle abajo alejándose. No pude evitar sonreír como una tonta, lo vi caminar unos segundos antes de despegar la mirada y adentrarme en el restaurante y pedir mi cena. Mientras esperaba a que la camarera la trajera solo pensaba  en como había comenzado el día, y en como había terminado, no se porque me hacia tanta ilusión aquel muchacho, ya que en realidad no había sucedido nada entre nosotros, pero algo dentro de mí me decía que esto era solo el comienzo...

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