𝐿𝒶 𝒟𝒾𝓈𝑒𝓃̃𝒶𝒹𝑜𝓇𝒶 | 𝕀.𝔸.𝔾

•FINAL•

"El final siempre sorprende aunque este escrito desde el principio"

Una semana después..

—Cuando llegues me hablas eh.— le advierto.

—Si capitana.

—Te amo Fidel, gracias por estar siempre conmigo.— algo dentro de mi sintió el impulso de abrazarlo y así fue.

—Ya casi sales de esta Diseñadora.— su mirada profunda hace que un escalofrío recorra mi cuerpo y ese impulso esta ahí de nuevo.

Lo beso, el tarda unos segundos en responder pero lo hace delicadamente, coloca sus suaves manos en mi cintura, así seguimos varios minutos más hasta que por falta de aire nos separamos.

Algo dentro de mi no quería que se subiera a ese avión, quería que él se quedara a mi lado para siempre.

—Mi amor por ti es más grande que la luna.

Lo abrazo por última vez para después ver como Fidelito aborda el Jet.

El avión comienza a avanzar para agarrar velocidad y elevarse.

Y ahí me quedo yo, viendo como se pierde en lo azul de los cielos.

Doy un largo suspiro y me meto al carro, presionó el botón de encendido para comenzar a conducir en dirección a la casa de Él Dandi.

Recorro las calles de Culiacán, estoy apunto de llegar a su casa cuando siento unas náuseas terribles, trato de controlarlas en lo que llego.

Mi estomago se revuelve por los nervios.

Estacionó el carro frente a la hermosa puerta de cristal, agarro mi bolso de mano y bajo del carro. Voy a la puerta y saco mis llaves mientras siento las miradas de los escoltas.

Camino en dirección a la sala, de pronto se escuchan unos zapatos bajar la escalera, pongo mi vista en el, el miedo se apodera de mí, pero tengo que ser fuerte por mis papás debo descubrir qué pasó.

Limpio mis manos en mi blazer las cuales estaban sudadas.

—¡Mi mujer me vino a visitar!, no me lo esperaba Reina.— comenzó a besar mi cuello y esa sensación de náuseas apareció otra vez, la reprimí con todo mi ser.

—Hazme tuya.— digo entre jadeos mientras Ivan me manosea las pompis.

Subimos torpemente las escaleras para meternos a la habitación mientras nos comemos a besos.

•

Recojo mi ropa regada por toda la habitación para vestirme, tengo que aprovechar que Ivan se durmió.

La culpabilidad me carcome por dentro.

¿Como pude tener sexo con alguien que me quiso matar?
Ni yo misma lo sé.

Busco con la mirada el baúl azul por varios minutos pero no lo encuentro, busco debajo de la cama y solo hay polvo.

Entro al closet y lo visualizo arriba de una estantería de zapatos, me pongo de puntitas e intento agarrarlo.