Día 60:

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Dylan la estaba pasando mal, estaba tomando opioides para minimizar los síntomas de la abstinencia, pero eso no significaba que no sintiera los síntomas, era una sensación casi surrealista, se sentía como si no fuese el mismo sino más bien un espectador de su propia vida, las manos le temblaban de tal manera que lo hacía dudar de que fuesen sus propias manos, pero a pesar de eso y el malestar que sentía sabia que la abstinencia podía ser mucho peor, de hecho esa no era la peor "abstinencia" por la cual había pasado...

Dylan se sentó tembloroso en la cama, desde donde estaba podía ver un lindo paisaje montañoso "ideal para las mierdas de propagandas de retiro" pensó él, ese sitio no le agradaba en lo absoluto, pero Nía le había insistido que era el mejor y Max no tuvo nada que aportar, pues no entendía la razones que había llevaban a Dylan a internarse.

Para Max su amigo había tocado fondo mucho peores en el que se encontraba en ese momento y siempre se había logrado recuperar sin ayuda de profesionales; sin embargo, ese comentario hizo que Armonía estuviera horas reprendiéndolo, Dylan pudo escuchar parte de la conversación que decía algo como "hay que esperar que toque el fondo de un ataúd para que te des cuenta de que necesita ayuda", Dylan quiso decir que se equivocaba, pero un rato antes cuando se estaba vistiendo noto que había bajado mucho de peso, y eso se debía en gran medida a que se había drogado tanto en los últimos días que no había comido nada aparte de ciertas golosinas y lo que sea que Max le diera de comer cuando estaban en su casa.

La persona encargada del lugar quiso que Dylan se quedara solo por un par de días para evaluar su condición y la cantidad de ayuda que necesitaría, dependiendo de la gravedad de la adicción las personas podían o no tener que quedarse en el recinto, los casos más graves podían pasar hasta seis meses sin salir del centro, los casos menos leves tenían reuniones semanales y podían llevar su rehabilitación desde casa, aun así Dylan esperaba que no supieran que era una persona con dinero pues la rehabilitación no era barata y seguramente si en la clínica se enteraban lo tendrían más tiempo del que a él le gustaría estar solo para exprimirle un poco de dinero.

Dylan esperaba que ese día le llevaran algo de comer y que él pudiera seguir intentando dormir pues las pesadillas y los escalofríos no lo dejaban; sin embargo, quien abrió la puerta no fue el enfermero sino su hermano Liam:

-¿Cómo mierdas supiste donde estaba?

-¿Eso importa? -pregunto Liam -No sabía que estuvieses en drogas...

-¿En serio? -pregunto Dylan con desconfianza.

-¿Cómo voy a saberlo? Tuve que contratar un investigador privado para saber donde vivías

-Pensé que te lo había dicho Kimi

-¿Kimi? -su hermano lo miro estupefacto -esa mujer no me diría nada sobre ti...

-tienes razón -medito Dylan un rato, él no hubiese dejado la relación con Kimberly por decirle a su familia donde estaba, pero seguramente hubiese sido una discusión muy intensa.

-Pero si está obsesionada contigo... tendría cuidado con ella si fuese tú -dijo con preocupación Liam.

-¿La investigaste también?

-Por supuesto -La habitación se quedó en silencio.

-¿Qué haces aquí? -pregunto Dylan después de un largo e incómodo silencio -¿a caso viniste por el voto?

-Dylan no soy un monstruo, eres mi hermano y me preocupé de que te hubiese pasado algo

-No quiero que estés acá -Dylan trato de pararse.

180 días...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora