Mi musa.
Mi fiel y linda musa. No sabes cómo te me inspiras en cada cosa.
Y eso duele.
Ya no estás aquí, ya no tengo forma de dedicarte cada una de mis poemas. Y eso me deja rota.
Pero pase lo que pase, eres y siempre serás mi musa.
La inspiracion de mis amores.
La razón por la cual escribir.
Y ahora, que no estás, tengo mucho más que escribir.
Por que me quedé con mil palabras en un corazón herido y una boca abierta.
Me faltaron dos mil hojas para poderte explicar todo, y aún así en todos esos momentos, tu seguias siendo mi musa.
Veo todo y me recuerda exactamente a ti.
Las nubes, el cielo, la noche, las estrellas, el calor, el viento, el agua.
Hasta los llantos y arranques de ira, me recuerda a ti. Y todo lo que pude evitar si me hubiera controlado.
Y todo lo que tengo que llorar por tu adiós.
Me duele, por que aún te amo.
Y por eso y más, seguirás siendo mi musa.
La musa más grande del mundo.
La que necesita más de cien mil diccionarios para poder explicarle a detalle todo lo que siento.
Y que me sigues inspirando día a día.
Con sentimientos malos, sentimientos buenos.
Pero nunca dejaras de ser mi musa.